El sector de productos del mar congelados funciona. Y lo hace, sobre todo, porque gira alrededor de la proteína marina, un recurso limitado, saludable, de difícil acceso y cuya demanda crece a nivel mundial. Bajo esa fortaleza, España se ha consolidado a lo largo de los años como una potencia en este mercado y buena parte del éxito tiene que ver con su dinamismo y adaptabilidad ante las nuevas circunstancias y para superar los obstáculos de todo tipo que se ha ido encontrando en el camino. Estas virtudes las ha tenido que desplegar, especialmente, durante los últimos meses. Primero, por la crisis desatada por el coronavirus, que provocó el desplome del canal horeca, vital para este sector. Y, segundo, por la tensión inflacionista y de incremento de precios de las materias primas y de la energía, cuyarepercusión es importante en las cuentas de resultados.
Pero si nos centramos en la comercialización, todos los stocks tuvieron salida y la escasez que algunos distribuidores españoles se han encontrado para algunas especies ha tenido más que ver con los precios que no han estado dispuestos a pagar que con una verdadera falta de producto, siempre salvo excepciones (el covid provocó cierres parciales en algunas plantas y flotas asiáticas). En términos de consumo, los mayores problemas los tienen las especies de cotización más alta, que se podrían volver inalcanzables, como ya sucedió en el segundo semestre de 2018 con el pulpo. Ahora, por tanto, la clave está en el difícil equilibrio entre incremento de costes de producción y su repercusión en los precios de venta para que la demanda no se caiga, una línea roja frágil en el actual escenario inflacionista y de pérdida de poder adquisitivo.
No obstante, la demanda internacional de la proteína marina continúa siendo sobresaliente. Así, con datos referidos al cierre de 2021, el Top 100 de Alimarket de operadores de productos del mar congelados, que tiene en cuenta todos los canales de venta y las exportaciones, cifra el volumen comercializado el pasado año en casi 1,48 Mt, lo que supone un crecimiento del 14,6% respecto a 2020 y del 3,7% frente a 2019. Aquí, obviamente, la comparativa 2021 versus 2020 está marcada por la recuperación de horeca. Este volumen estaría algo inflado por las posibles ventas entre empresas, por precocinados y porque incluye algunas partidas minoritarias de refrigerado que no se han podido desglosar, pero es muy cercano a la realidad. En valor es algo más complicado, porque hay operadores que concentran la mayor parte de sus ventas en otras líneas de negocio, como las conservas, el suministro a la industria conservera o el pescado fresco y refrigerado. Pero si obviamos a este grupo de operadores en los que no se ha podido precisar los ingresos por congelado, como pueden ser Atunlo, Ricardo Fuentes, Petaca Chico, Jealsa o Leroy Processing; y restamos el refrigerado de otros como Nueva Pescanova (unos 259 M€ en 2021) o Frime (unos 75 M), los ingresos serían de unos 7.200 M€ en 2021, un 24,9% más que el ejercicio precedente, básicamente por el efecto recuperación covid-hostelería, y un 5,9% más que en 2019, en el que horeca funcionaba con normalidad.
Puede acceder al Top 100 de Operadores de Productos del Mar Congelados en España, con sus datos de facturación y volumen comercializado en 2020 y 2021, en el siguiente enlace. Este ranking forma parte del informe sectorial titulado "Pescado y Marisco Congelado: Dinamismo, Adaptabilidad y Crecimiento", en el que, además, se analiza en profundidad este mercado, con las claves de los últimos meses, las tendencias, las estrategias de los principales operadores, las inversiones y proyectos más determinantes y los fabricantes que están destacando por su expansión.