El impacto de la pandemia todavía sigue afectando al sector de la sidra, que está viendo cómo el aumento del coste de vida frena el entusiasmo con el que los consumidores volvieron a congregarse en bares y restaurantes. Sin embargo, el interés en la sostenibilidad y la salud ofrece muchas posibilidades a los fabricantes de sidra para fidelizar a los consumidores a largo plazo. Sus expectativas con respecto a las credenciales éticas y medioambientales de las bebidas alcohólicas aumentarán en los próximos años.
La sidra Inch’s Medium Apple (1), por ejemplo, se presenta ahora en un nuevo envase de 440 ml sin plástico y fácilmente reciclable. Según la empresa, esta sidra ligeramente carbonatada está fabricada con manzanas británicas cultivadas localmente, a menos de 65 km de sus instalaciones.
La pandemia de COVID-19 ha puesto el foco sobre la salud, y concretamente sobre patologías tales como la obesidad, vinculada a los cuadros más graves de la enfermedad. A raíz de ello, ha aumentado la preocupación por las dietas saludables. En Reino Unido, la tercera parte de los consumidores coinciden en que comer sano ha pasado a ser una prioridad desde que se detectó el brote de coronavirus. Esto representa un reto para el sector, ya que la mitad de los consumidores británicos de sidra reconocen estar preocupados por su contenido de azúcar.
Ese interés encaja con el objetivo de los fabricantes de recortar el contenido de azúcar de sus productos para seguir atrayendo a los consumidores preocupados por la salud. Aproximadamente la cuarta parte (26%) de los consumidores de sidra son partidarios de que aumente la oferta de productos con menor contenido de azúcar. El porcentaje se eleva hasta el 30% en el caso de los mayores de 55 años, debido al interés menguante por el azúcar de los grupos de edad más avanzada. Este dato refleja la clara oportunidad que tienen los fabricantes de atender la demanda de una población cada vez más envejecida.
Algunas marcas ya están respondiendo a esta demanda con formatos bajos en azúcar. En Australia, Sky River Cider Co (2). Passionfruit Cider & Soda (3) es una mezcla de refresco con sidra y aromas naturales. Contiene 96 calorías y un 3% de carbohidratos, y se comercializa en una agrupación de cuatro latas de 330 ml cada una. También en el mercado australiano, la sidra Hills Cider Cloudy Apple (4) está íntegramente elaborada con manzanas de ese país, cultivadas y recolectadas artesanalmente por agricultores radicados en las colinas de Adelaida. No contiene azúcares ni concentrados añadidos.
Varios fabricantes han seguido animando el segmento de sidra sin alcohol o con bajo contenido alcohólico en 2021 y 2022. Probablemente, el lanzamiento más destacado ha sido la sidra sin alcohol con sabor a frutas tropicales de Kopparberg, destinada a los participantes en la campaña “Enero Seco”, pero con potencial para captar a quienes quieren reducir su ingesta de alcohol. Otras cadenas de distribución también han lanzado variedades aromatizadas con bajo contenido alcohólico, dado que uno de cada cinco (20%) consumidores británicos de sidra valoran positivamente un aumento de la oferta de sidras sin alcohol o con bajo contenido alcohólico, lo que abre nuevas oportunidades de mercado para esas variedades. En Emiratos Árabes unidos, la sidra de bayas Smashed Berry Cider, de Drynks Unlimited (5), es un refresco sin alcohol ni gluten, que ofrece una combinación perfecta de acidez, dulzor y frutosidad -según el fabricante- y solo contiene 96 calorías por envase.
De cara al futuro, los fabricantes deberían subrayar los aspectos saludables de la sidra para mantener el interés de los consumidores adultos que han decidido reducir la ingesta de alcohol.
La introducción de nuevos sabores ha sido una constante en el sector de la sidra durante más de una década. Las últimas novedades van desde sabores con connotaciones nostálgicas para los consumidores británicos, como el ruibarbo y la cereza Bakewell, a variedades tropicales, como la naranja sanguina de Thatchers y Rekorderlig (6), pasando por sabores otoñales e invernales, como la sidra de clementinas y bayas de invierno de Sainsbury’s.
Para aquellos que buscan productos con un toque de alcohol en mercados como el estadounidense, el zumo fermentado Hustle, de Pulp Culture (7), se describe como una sidra con gas que contiene jengibre, cúrcuma, melena de león y cultivos adaptógenos botánicos vivos. El producto se presenta también en otras variedades funcionales: Think, Play, Relax y Restore.
Los aromas evocadores despiertan sensaciones de confort y familiaridad, que les permiten tener cabida en diversas categorías, entre ellas la sidra. Igual que las especias de la tarta de calabaza, la mezcla de especias de la sidra caliente trae reminiscencias hogareñas, familiares y vacacionales. El aroma a sidra caliente puede encontrarse en diversas bebidas y recetas culinarias, así como en algunos postres dulces.
Los fabricantes de sidra pueden conectar con todos los aficionados al fútbol -jóvenes y veteranos- en el próximo Mundial. Este año, pueden sintonizar con los aficionados con economías ajustadas, ayudándoles a planear cómo disfrutar de los partidos en casa sin salirse del presupuesto. Con vistas al Mundial de 2026, que se celebrará en tres países diferentes, tienen la posibilidad de introducir nuevos sabores, formatos, envases e innovaciones de marketing, inspirados en sus tres sedes: Canadá, Estados Unidos y México.