La elaboradora de vinos Bodegas Emilio Moro avanza favorablemente en su proyecto de internacionalización, “objetivo clave” que la bodega aborda desde una doble perspectiva: por un lado, con el refuerzo de las zonas geográficas donde ya tiene posicionados sus vinos y, en paralelo, la previsión de consolidar aquellos mercados donde tiene menos presencia.
Así las cosas, el ejercicio 2022 habría supuesto “un cambio cualitativo y cuantitativo en la expansión de la bodega fuera de nuestras fronteras” y, precisamente esta apuesta por su actividad internacional, se habría visto reflejada en sus resultados al cierre del periodo. A lo largo del pasado año, Emilio Moro incrementó hasta 16,2% sus ingresos, que quedaron situados en 37,8 M€. Del total facturado, hasta un 22,2% corresponde a sus ventas más allá de nuestras fronteras (está presente en 46 países), que a su vez experimentaron un impulso del 40%. Las exportaciones de la compañía, liderada desde abril de 2022 por Javier Moro, se situaron en 8,4 M€ frente a los 6 M que reportaron los mercados exteriores un año antes, lo que supuso un incremento de hasta el 40,7% en sus ventas internacionales.
Estos buenos resultados se deberían en parte, según fuentes de Emilio Moro, “al crecimiento que han experimentado en el continente americano, siendo el mercado que mayor porcentaje de crecimiento ha tenido, liderado principalmente por México y Estados Unidos, donde ya están consolidados”. El mercado mexicano, el más importante a nivel internacional para la bodega vallisoletana, incrementó sus ventas a Emilio Moro hasta un 87% con respecto a 2021. Por su parte, la evolución en Estados Unidos “ha sido igualmente muy positiva, con un 20% de crecimiento frente a 2021”.
De cara a 2023, Bodegas Emilio Moro se ha marcado como objetivo “consolidar su presencia en Europa, siendo Suiza, Alemania y Suecia sus principales mercados”. El continente asiático es otro de los grandes retos de la firma a largo plazo, ya que se trata de un mercado todavía en crecimiento. En cuanto a las líneas de actuación en el mercado internacional, la bodega ha establecido una estrategia de ordenación de mercados en la que prima el control de los precios, un acercamiento y mayor contacto con el distribuidor, aumentar el conocimiento del punto de venta y un control del posicionamiento de marca en los diferentes países en los que están presentes.
A nivel global, la bodega ribereña prevé crecer en torno a un 30% en los próximos tres años, un avance al que contribuirá -entre otros proyectos- la nueva bodega que la firma está construyendo en la zona de El Bierzo, concretamente en Ponferrada (León). Tras varios retrasos en su ejecución, la bodega confía en su puesta en marcha durante el segundo semestre de 2023.
Como se recordará, la firma está construyendo instalaciones para la elaboración de vinos con D.O. Bierzo, con capacidad en una horquilla de entre 600.000 y 800.000 botellas y un presupuesto entre 3 M y 4 M€. Las previsiones de Emilio Moro contemplan elaborar en una primera fase vinos blancos con uva 100% godello (‘Polvorete’, ‘El Zarzal’ y ‘La Revelía’) a los que se sumarán, previsiblemente a medio plazo, nuevos tintos con uva Mencía, fruto de las 60 Ha de viñedo que posee en la localidad leonesa.
Bodegas Emilio Moro posee unas 300 has de viñedo propio. Su gama de vinos engloba ‘Finca Resalso’; ‘Emilio Moro’, buque insignia de la bodega; el tempranillo ‘Emilio Moro: Vendimia Seleccionada’; y el vino ecológico ‘La Felisa’. Completan su oferta la gama ‘Malleolus’ (‘Malleolus’, ‘Malleolus de Sanchomartín’ y ‘Malleolus de Valderramiro’ y ‘Clon de la Familia’.