A finales de 2019, Consum estrenaba en Benicássim (Castellón), un nuevo modelo de ambientación de tienda en el que prima la sostenibilidad, simplificando los muebles, la disposición de los productos, los colores y la iluminación, para facilitar la compra y que sea personalizada, cómoda y ágil. Así, entre otras novedades, se han instalado baldosas especiales que mitigan el sonido del pavimiento; la cartelería aérea prácticamente ha desaparecido (eliminando el “ruido visual”); y, en la ambientación, predominan los tonos claros y naturales, donde el naranja corporativo de Consum “se mantiene de forma sutil, pero no es el protagonista del supermercado”, explican desde la compañía. Aunque este modelo se ha mantenido en el tiempo, la cooperativa ha ido introduciendo mejoras. Por ejemplo, con el objetivo de dar mayor protagonismo a la experiencia del cliente, en las secciones de frescos (frutas y hortalizas incluidas), se ha realizado una nueva organización del surtido para colocarlo “a la altura óptima”.
Siguiendo la línea imperante en el sector nacional de distribución, la frutería/verdulería de Consum se sitúa a la entrada del establecimiento, aunque, como novedad, cuenta con diversos mensajes en sus paredes, uno de los cuales anima a consumir este tipo de alimentos (“para una dieta equilibrada: cinco raciones de frutas y verduras al día”). Una segunda reflexión (“la fruta, mejor de temporada y en su punto de maduración”), viene a resumir una de las claves de este punto de venta y, en general, de la política comercial de la empresa: un predomino de los frescos de temporada y locales (“potenciamos el producto de cada provincia donde tenemos presencia, además de apostar por los productos de proximidad-km. 0, como empresa preocupada por el medio ambiente”). En total, el surtido está integrado por alrededor de 300 referencias (número que puede incrementarse en algunas épocas del año, sobre todo en verano), a la venta en el “pool” original del fabricante, con predominio del granel (también para reducir envases y embalajes y como parte de su filosofía de que el cliente compre siempre la cantidad que necesita), que supone alrededor del 80% del total, y cuyo pesaje se realiza ‘in situ’ por el propio cliente.
No obstante, y a pesar de que la sección es libreservicio, cuenta con una peculiaridad: la existencia de personal de apoyo para ayudar al comprador. Se trata de los llamados “Maestros de la Frescura” que, en palabras de la cooperativa, son los “encargados de asesor a los clientes en su elección de frescos, aportándoles un valor añadido adicional a través de recetas o consejos de preparación y conservación y ofreciendo, a su vez, novedades y ofertas”. Actualmente, cuenta con más de 5.000 profesionales de este tipo (que lucen una chapa identificativa) repartidos por los cerca de 500 supermercados ‘Consum’ que operan por todo el territorio nacional.
En cuanto a la organización, en la entrada de la sección una primera estantería -que discurre pegada a la pared- reúne la oferta más atractiva. Así, en este espacio se pueden encontrar productos “tropicales” (piñas, mangos, batatas, papayas, kiwis o plátanos, entre otros), de temporada (melones o sandías), cítricos y frutos secos (nueces o avellanas), todos ellos a granel, a excepción de bolsas de naranjas y limones. A continuación de este estante se encuentra la máquina de zumo natural de naranja.
No obstante, el eje central de este universo es el mueble de madera horizontal para las frutas y hortalizas “tradicionales”, en el que se intercala el sistema al peso (mayoritario), con el envasado. Cuenta con dos caras, una de las cuales está dedicada íntegramente a frutas (manzanas, peras, plátanos, uvas, etc.); y, la otra, a hortalizas, donde destaca la gran variedad de tomates existentes, junto con berenjenas, pimientos, alcachofas o pepinos, todos, mayoritariamente, de origen nacional y regional, siempre que la campaña no esté finalizada en España. Por su parte, los básicos de la cocina (ajos, patata, cebollas o chalotas), se sitúan en la cabecera posterior.
Y es que, la cabecera principal se reserva para las frutas y verduras ecológicas frescas, ya que, según explican desde la cadena, este tipo de referencias “siempre” están localizados “en una zona privilegiada”. No en vano, este surtido cuenta con cartelería y tipografía propia y un lema: “Volvemos al origen. Miramos al Futuro”. En total, el catálogo está integrado por entre 20 y 30 artículos, todos en bandejas sostenibles hechas de materiales reciclados y reciclables y con una preferencia por los imprescindibles, como cítricos o patatas que, en la gran parte de los casos, lucen su enseña propia ‘Consum Eco’. Además, la premisa de la empresa es que sean de origen nacional, con alguna excepción. Tal sería el caso del aguacate (cuando concluye la campaña nacional) u otras que no se cultivan en nuestro país (dátiles, jenjibre o cúrcuma). Finalmente, en un lateral de esta cabecera se localiza una pequeña estantería para deshidratados (sopas).
Otra peculiaridad de la frutería/verdulería de este supermercado sería la existencia de dos murales de frío, ambos cerrados.
El primero, en la zona de entrada, está formado por cuatro cuerpos. Dos de ellos se dedican a frutas transformadas (sobre todo IV y V gama), que comparten espacio con algunas referencias en barquetas que necesitan frío para su mejor conservación, como arándanos o frambuesas; y otros productos de base hortofrutícolas (cremas). Las dos restantes reúnen zumos y smothies.
El segundo -que también hace funciones divisorias con respecto a la sección de perfumería situada a su espalda-dispone de 16 puertas y tres zonas diferenciadas, entre las que destaca la destinada a clientes veganos y vegetarianos. Las dos restantes se dedican a ensaladas y verduras. A grandes rasgos, aunque aquí se pueden comprar hortalizas a granel que necesitan frío (cebolletas, espárragos, champiñones -estos últimos también en bandejas-), además de envasadas (lechugas enteras y en cogollos, escarolas, endivias, etc), el grueso de la oferta son referencias de IV y V gama. En concreto, las ensaladas más básicas (lechuga cortada y lavada o brotes de rúcula, espinacas, etc), conviven con las últimas novedades del mercado (maíz pelado, pimientos asados o germinados), además de otros con base hortofrutícola (salmorejos, gazpachos, tomate rallado o guacamole, por poner algunos ejemplos).