Aunque los consumidores de bebidas alcohólicas no recurren a ellas para mejorar su salud, sí buscan elementos saludables en los que basar sus elecciones, como la presencia de ingredientes naturales o un bajo contenido en azúcar, de forma cada vez más marcada. Las notas aromáticas también desempeñan un papel importante en ese aspecto. Por eso, las bebidas espirituosas deberían ofrecer un toque sutilmente dulce, combinado con sabores atractivos o notas especiadas, que mejoren su percepción saludable.
El reto consiste en elegir la combinación ideal de ingredientes naturales y sabores dulces y sugerentes, y el momento de lanzamiento idóneo, para no presentar sabores nuevos y poco habituales antes de que el mercado esté preparado para ellos. En EE.UU., el vodka con esencia de fresa y lemongrass Grey Goose Essences Strawberry & Lemongrass [1] (contenido alcohólico del 30%) se prepara a partir de vodka de trigo francés, infusionado con auténticas esencias frutales y herbáceas. No contiene azúcar ni carbohidratos y está elaborado solo con ingredientes naturales.
La sostenibilidad de los vinos y licores depende primero del carácter respetuoso con el medio ambiente de los envases, y a continuación del marchamo ecológico del propio producto. Sin embargo, este segundo aspecto suele conllevar un aumento de los costes de producción y una reducción de los márgenes de beneficio. Como consecuencia de ello, las marcas pueden sentirse tentadas a elevar los precios hasta un punto que resulte excesivo para los consumidores.
Las nuevas bebidas espirituosas con propiedades ecológicas suelen repercutir ese sobrecoste; de hecho, el precio de los nuevos tequilas sostenibles sobrepasa el precio medio de lanzamiento del tequila en un 14%.
Mintel Purchase Intelligence ha detectado que, tras su identificación como una “buena compra”, el sabor es el atributo que mayor correlación tiene con la intención de compra en el caso de bebidas tales como el tequila en EE.UU. Por tanto, los fabricantes que repercutan el sobrecoste de la agricultura sostenible en sus productos deberían asegurarse de justificar ese recargo. Muchos fabricantes de vinos y licores suelen obviar la explicación de cómo las prácticas ecológicas permiten producir ingredientes de calidad. Sin embargo, deberían destacar que dichas prácticas posibilitan la creación de grandes vinos o sabores vibrantes y singulares.
En el mercado letón se comercializa Bruichladdich The Classic Laddie Scottish Barley Whisky [2] (contenido alcohólico del 50%), un whisky de malta artesanal, elaborado con “la mejor cebada cultivada de forma sostenible en Escocia”. Por su parte, en el mercado galo, el vino blanco alsaciano Cattin Frères 2022 Pinot Gris [3] (13,5% de alcohol) está elaborado con uvas de un productor con certificado de buenas prácticas sostenibles. Sus uvas permiten producir un vino con cuerpo y un toque ahumado, que marida muy bien con la cocina alsaciana.
A muchas mujeres no les gustan las bebidas espirituosas; por ejemplo, en Alemania, un 55% de ellas prefieren no consumirlas, frente al 35% de los hombres. En el mercado alemán, el vodka es la bebida espirituosa más popular entre las mujeres, siendo la primera opción para casi el 20%. Esto sugiere que los espirituosos, especialmente los de color oscuro, pueden ser menos atractivos para las mujeres por su sabor.
Es probable que las bebidas espirituosas dulces, pensadas para consumir en los postres, resulten más atractivas a las consumidoras. Además, estas bebidas suelen tener menor contenido alcohólico (un 15%, en lugar del 40-50% del whisky, por ejemplo).
Asimismo, las mujeres son bastante más proclives que los hombres a consumir bebidas espirituosas en combinados o cócteles que a tomarlas directamente (un 82%, frente al 66% de los canadienses).
Los fabricantes pueden captar la atención de las consumidoras cuestionando los estereotipos de género y ofreciendo productos que respondan a su predilección por la comodidad y los combinados. Por ejemplo, Appleton Estate ha demostrado su compromiso con la igualdad de género al nombrar a Joyce Spence como la primera maestra destiladora del sector.
Según Mintel GNPD, el lanzamiento de nuevas bebidas alcohólicas que contienen la palabra “comida” ha crecido un 16% desde 2022-23, ya que las marcas fabricantes intentan crear e inspirar ocasiones de consumo con nuevas sugerencias de maridaje. Aunque los consumidores de mayor edad son más propensos a participar en estas ocasiones típicas de consumo de alcohol, la inclusión de consejos de maridaje, no solo para los vinos de alta gama sino también los orientados a bebidas alcohólicas tales como la cerveza o el vino bag-in-box, puede resultar menos intimidante para los consumidores jóvenes. Asimismo, un maridaje creativo puede propiciar ocasiones de consumo más informales, como a la hora del aperitivo.
En EE.UU., el espumoso Bellante Brut Prosecco [4] sugiere su maridaje con menús festivos, mientras que en Canadá, la cerveza IPA belga N’est Pas La Fin Du Monde [5] aconseja su maridaje con tacos de pescado picantes y tarta invertida de piña.
La ginebra está apostando por llevar colores más vivos al sector, en su intento de competir con los espirituosos blancos más populares: vodka y tequila. El carácter llamativo de un producto resulta especialmente atractivo para los consumidores jóvenes, por lo que el color y el diseño de la botella son recursos estratégicos a utilizar por las marcas menos conocidas o los espirituosos menos consumidos. La tendencia de Mintel “Aesthetic Effect” (efecto estético) revela que el aspecto estético de los productos afecta fuertemente a los consumidores. Unido al interés en disfrutar experiencias más intensas y publicarlas en las redes sociales de la generación Z y el colectivo millennial, el aspecto puede ser el primer paso para decidirse a probar un producto poco conocido.
En el mercado británico, la ginebra Zest [6] está elaborada con pomelo y lúpulo Cascade, combinado con bergamota, ralladura de limón y romero silvestre de la costa, el llamado “rocío del mar”. A su vez, en el mercado estadounidense, la ginebra rosada Esmé [7] incorpora como botánicos una mezcla de enebro, ruibarbo, frambuesas, fresas e hibisco.