El pasado ejercicio 2022 ha sido un año complicado en el que las principales fabricantes y comercializadoras de grifería han tenido que afrontar difíciles retos, desde la escasez de materias primas, la subida de los precios de la energía, los costes del transporte y salariales o la inflación, hasta la pérdida de mercados internacionales como Rusia. Pese a todo, el sector ha conseguido salir adelante y elevar su facturación un 5%, apoyándose, sobre todo, en el crecimiento en España de los proyectos residenciales, hoteleros y sanitarios. Con la vista puesta en el futuro y para contrarrestar la enorme cantidad de grifería de importación defectuosa que se vende en nuestro país, las principales firmas apuestan por el desarrollo de grifos con más funcionalidades y prestaciones, así como con diseños personalizados. Todo ello bajo el prisma de la sostenibilidad, un desafío que marca también la fabricación.