En el último año, las fabricantes de ladrillos han tenido que hacer frente a numerosos contratiempos, como la escalada constante de los precios de la energía, de las materias primas e incluso del transporte, así como la falta de mano de obra cualificada. En consecuencia, el sector ha visto descender sus ventas casi un 4,1% en 2023, no sólo como efecto de la complicada coyuntura, sino también por la fuerte competencia que sufre por parte de otras soluciones que ofrecen precios más competitivos. No obstante, las fabricantes prevén remontar a partir de 2024, apoyándose especialmente en la necesidad de nuevas viviendas en España y la estabilización de los precios. Ante estas perspectivas, las principales compañías están apostando por la ampliación de sus catálogos con nuevos productos, bien a través de adquisiciones, bien mediante importantes inversiones que dedican a la puesta en marcha de nuevas líneas de producción.