La Comisión Europea (CE) ha vetado la compra de la empresa francesa Alstom por parte de la alemana Siemens argumentando que crearía un gigante en el mercado de trenes de alta velocidad y señalización ferroviaria con una posición dominante que impediría la competencia de otros posibles competidores.

Tras el anuncio, tanto Siemens y Alstom han lamentado la prohibición a su fusión porque estaban convencidas de que la operación "hubiera creado valor añadido para el sector de la movilidad, la industria ferroviaria europea, los clientes, los viajeros y las personas que viajan diariamente en tren a su trabajo, sin perjudicar la competencia europea". Aseguran también que "hubiera permitido la creación de una empresa europea con capacidad de afrontar la creciente competencia de empresas que no pertenecen a la Unión Europea (UE)", en clara referencia al gigante ferroviario asiático CRRC.

La frustrada fusión entre Siemens y Alstom iba a crear una compañía con un volumen de negocio de 15.300 M€, con una cartera de contratos que ronda los 62.000 M€ y una plantilla conjunta de unos 62.000 empleados. Estas cifras la convertirían en el segundo mayor fabricante ferroviario del planeta por detrás del grupo chino CRRC (ventas de 28.600 M€). Tanto Alstom como Siemens tienen una destacada presencia en España. Alstom dispone de una fábrica de trenes y tranvías en Santa Perpètua de Mogoda (Barcelona), mientras que Siemens cuenta con una planta de motores en Cornellá (Barcelona). Siemens lidera el mercado español de señalización, sistemas e infraestructuras ferroviarias.