La Comisión Europea, en su Estrategia europea de crecimiento 2020 y en la iniciativa Hoja de ruta hacia una Europa Eficiente en el uso de los recursos, describió los objetivos y medios para trasformar la economía actual, basada en el uso intensivo de los recursos materiales y energéticos, en un nuevo modelo de crecimiento basado en su uso eficiente. Marcó así la transición hacia la adopción de la economía circular en Europa, clave para el crecimiento y desarrollo sostenible de cualquier organización y de la sociedad en general.
En este punto, tanto sector público como privado, debemos plantearnos cómo podemos resolver nuestros objetivos de crecimiento legítimos, sin comprometer los de las generaciones futuras. Un sector como el de la construcción, que aporta en torno al 14% del PIB español y genera empleo directo a más de 1,2 millones de personas en nuestro país, según datos de la Encuesta de Población Activa (EPA), debe tomar posiciones.
Aplicar criterios y medidas que impulsen la economía circular en la fabricación de productos para la construcción, sin duda, es el camino que estamos siguiendo. También es el único que podrá llevarnos a modelos industriales y de negocio eficientes, sostenibles y responsables.
En este sentido, para pasar de un enfoque lineal a otro circular, debemos rediseñar los ciclos de producción a escala global, combinando el uso eficiente de los recursos con una reducción máxima de la cantidad residuos generados que no se recuperan.
Reducir la explotación de los recursos naturales no sólo es importante por razones medioambientales, sino que además permite amortiguar el riesgo de fluctuaciones del suministro y, como consecuencia, evitar el aumento de los costes de producción y la volatilidad de la oferta en el mercado.
Pero, ¿cómo llevamos estos principios a la práctica? Reduciendo y valorizando nuestros residuos, aprovechando sobrantes, sustituyendo ciertos recursos por otros alternativos y reciclando.
Concretamente, en el sector de la construcción, debemos seguir trabajando para luchar contra el desperdicio de materiales. El primer paso para abordar este problema es considerar el eco-diseño en todas las fases del ciclo de vida de los productos. Fabricar con los estándares de excelencia operativa más exigentes mejorará la calidad y vida útil de los productos. La irrupción de nuevas tecnologías como BIM (digitalización de la construcción) o los avances en la denominada ‘industria 4.0’ serán grandes catalizadores de la eficiencia; permitiéndonos planificar el uso de los recursos, producir bajo demanda y optimizar la producción en tiempo real.
Como indicaba, la reducción de residuos se debe afrontar ya desde la fase de diseño de productos existentes, así como de los nuevos (eco-innovación). A modo de ejemplo, en Saint-Gobain ya trabajamos con módulos prefabricados, una tendencia de rápido crecimiento en muchos países. Esta técnica permite una construcción más rápida y eficiente, a la vez que limita la cantidad de desechos generados en las obras.
Asimismo, la sustitución de recursos naturales por otros alternativos se convierte en otra herramienta fundamental para reducir el impacto ambiental. Como referencia, la fabricación de vidrio puede sustituir la arena natural por vidrio triturado reciclado. Limitar este proceso por la dificultad de recoger ese vidrio reciclado no es una opción. En Saint-Gobain seguimos esforzándonos en mejorar constantemente el porcentaje de materiales reciclados que introducimos en nuestros hornos para producir vidrio o de lana de vidrio. Con una ventaja adicional: por cada tonelada de arena sustituida por otra de vidrio reciclado podemos evitar la emisión a la atmósfera de 350 kg de CO2. Nuestros esfuerzos en esta dirección ya nos permiten evitar la extracción de más de 9.000 millones de toneladas de materias primas por año.
Por otro lado, la sustitución a menudo implica reciclar. O, en su defecto, reutilizar recursos existentes en lugar de extraerlos generando nuevos residuos. La reutilización y el reciclaje ofrecen múltiples oportunidades, tanto en el terreno económico como en materia medioambiental, como consecuencia de la reducción de la cantidad de residuos generados.
Otro claro ejemplo de economía circular en la industria europea es la fabricación de tuberías de fundición dúctil para el abastecimiento de agua con materiales reciclados. El hierro, ampliamente utilizado en el sector de la construcción, tiene propiedades ideales por ser 100% reciclable. Se revela como un material fundamental en el ciclo que incluye la producción, el uso, la reutilización y el reciclado, aportando grandes beneficios a la sociedad en todas estas etapas. Lo cierto es que con tasas de reciclaje en Europa por encima del 85%, este material contribuye con su ejemplo a impulsar la demanda futura de productos sostenibles.
En línea con la ambición de cubrir la demanda de productos sostenibles, empleamos MTDs (Mejores Técnicas Disponibles). Éstas se definen como aquellas tecnologías de fabricación más eficaces para alcanzar un alto nivel de protección del medio ambiente, en condiciones económica y técnicamente viables. En Saint-Gobain utilizamos MTDs y eco-innovamos para mejorar el coste de ciclo de vida de nuestros productos y el coste total para la propiedad de las redes de abastecimiento de agua, minimizando sus impactos ambientales y ofreciendo productos con las mayores garantías para la salud pública.
La aplicación de los procesos de eco-innovación no sólo nos permite obtener productos más sostenibles y de mayor calidad, así como mejorar los procesos de producción para minimizar el consumo de recursos energéticos y minerales. También nos permite buscar aplicaciones externas para nuestros subproductos y llevar a la práctica el reciclado al final de la vida útil de los productos, contribuyendo a disponer de un suministro de materias primas recicladas estable y fiable dentro del contexto europeo.
La completa adopción de la economía circular en el sector de la construcción está más cerca. Sin embargo, aunque todavía queda trabajo por hacer, vamos por el buen camino. Nos preocupamos, investigamos, eco-innovamos y actuamos. De este modo, todos juntos lograremos avanzar hacia un sistema económico circular que minimice el impacto ambiental al tiempo que mejore el bienestar de las personas.
El sector de la construcción es clave, tanto la obra civil como la edificación, por eso seguiremos haciendo este camino.
Miguel Ángel Perez Navarro, Standarization Manager de Saint-Gobain