La Inteligencia Artificial y los modelos BIM juegan un papel fundamental a la hora de digitalizar la construcción. La computación en la nube, además de ahorrar costes, permite crear ecosistemas de colaboración donde la tecnología sea transparente y transversal a todos. Como en el resto de sectores, la definición de una plataforma no pasa tanto por tener claros implicados y procesos. Ya tenemos presente una madurez secular y en constante adaptación. La cuestión es la propiedad de esa computación en la nube.
La computación en la nube la podríamos datar sobre el año 2006, cuando Amazon lanza AWS. Luego llegaría Azure, con su servicio con cierta madurez en el 2010 y la potenciación de Google Cloud desde hace unos cinco años, aunque se fundó en el 2006.
Como vemos BIM, de una manera o de otra, camina en paralelo a la madurez en la computación en la nube. No es de extrañar que haya sido más relevante la subida a la nube de procesos más básicos de las empresas (CRM o ERP) que soluciones sectoriales.
Los intentos por desarrollar en la nube herramientas que cubran las necesidades de BIM aún son muy tímidos. Una referencia, sin duda, es Autodesk 360: un entorno colaborativo que cubre toda la parte relacionada con el diseño y los cambios que se puedan producir. Podemos compartir archivos, revisar sobre lo puesto en común, buscar la información de forma sencilla o mantener una seguridad granular.
Otra plataforma que nos lleva a otro nivel nos la ofrece Vizworx desde Calgary (Canadá). En concreto en su Panoptica. Nos lleva a la realidad aumentada dentro de proyectos BIM, El tratamiento de imágenes para interactuar entre implicados y activos de forma inmersiva y dinámica.
Un componente esencial es el uso de computación en la nube y la capacidad de ser una solución que cumpla con el núcleo de BIM: compartir el mismo modelo para poder ahorrar en tiempos y costes con la anticipación en diseño de lo que se va a ejecutar. ¿A qué nivel? La colaboración en tamaño real de lo que se está diseñando. Los actores comparten, cada uno en su área, el mismo diseño para poder integrarse evitando todos los fallos posibles a la hora de ejecutar. Compartir en el sentido de cada rol. No se trata de ver todo, cada actor ve la parte del diseño que el proceso le atribuye y que es relevante para realizar su trabajo y alimentar ese diseño con su información y conocimiento.
Dado el nivel de madurez de BIM por áreas, como hemos visto, el liderazgo de la implantación de la metodología dependerá de la cultura de cada región. En los países donde la obra civil de la administración marca el impulso, BIM dependerá de esas exigencias. En donde son los particulares y empresas los que lo exijan, serán los arquitectos o constructoras las que se tendrán que adaptar.
Queda mucho por hacer. En el diseño, como hemos visto, la evolución de los estándares que cuelgan sobre los diseños 3D han evolucionado con más soltura. En las fases de ejecución y mantenimiento, la apertura a otros actores está siendo más complicada.
Lo que sí queda pendiente es determinar la propiedad. En términos de la computación en la nube la arquitectura no acaba de definirse por falta de un liderazgo claro. BIM no es un diseño 3D donde cada elemento tiene una información dinámica, exacta y exhaustiva. No es poco, desde luego, pero eso no es BIM.
Lo que pretendemos es el control del ciclo de vida de un activo, los 70 años de media que tendrá. De hecho, el control de un conjunto de activos. La pregunta es quién tiene el mayor interés por encontrar, mantener y multiplicar ese valor de esos activos.
El gobierno de una plataforma BIM en la nube ha de ser del promotor. Es el único al que le puede interesar crear un portafolio de inversiones, elegir la mejor posición, integrarlo y desplegar todo su potencial, costes y tiempo, son los que inspiran todo los procesos de BIM. Todo gira en torno a esa decisión primera de la rentabilidad de la inversión. No hay objeto BIM, hay inversión a la que BIM pretende alcanzar.
La computación en la nube, ahora mismo, es la plataforma ideal para la integración de todos los implicados que dependen del tiempo y el coste que exige la inversión. Los factores determinantes por los que se aúnan ambos entornos son:
-Autoservicio bajo demanda. La computación garantiza solo consumir lo que sea necesario y dejar de hacerlo cuando no sea necesario, lo que ofrece la elasticidad que no existe en otro modelo.
-Poder usar cualquier dispositivo desde cualquier lugar o momento
-Acceso amplio y ubicuo a toda la red, esté donde esté el activo, contar con los actores independientemente de su ubicación y poder coordinarlos.
-Ubicación transparente y agrupación de recursos. La tecnología sin depender de donde esté y como sea su infraestructura, se dedica al conocimiento y a la información.
Desde cualquier lugar, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo es lo que demanda BIM desde las necesidades del promotor ya sea para uno o varios proyectos. El promotor con la nube puede llegar a controlar todo el ciclo de vida de sus activos en tiempo real. La transmisión de la información en las transacciones sobre el activo se fundamentan en información precisa y clara, lo que ya es el verdadero valor del activo.
El promotor deberá invertir en tener una plataforma que le permita elegir el mejor porfolio y el punto de arranque de BIM. Recordemos que BIM no es un objeto 3D con una mochila de datos,es más que eso: es someter a ese conjunto de activos a la priorización, definición y desarrollo. Con ello se generan tantos «archivos» BIM, en el sentido de 3D, ifc, como sean necesarios con el proveedor o proveedores más capaces.
También se pueden ir sumando actores de cada área hasta que queda el diseño como punto de referencia, relacionado con la optimización de la inversión. Se despliega la ejecución y, desde la Plataforma C2B, se puede realizar un seguimiento del avance en relación a lo diseñado, los materiales y el uso eficiente de todos los recursos.
Lanzar inspecciones nacionales o internacionales, procesarlas, tenerlas en apenas unas horas y tomar decisiones es lo que compone un buen software de inspección de obra. Además, también se puede conocer con exactitud las localizaciones, los usos, trasladar esa información y pedir un diseño adecuado para la correcta supervisión de la ejecución o mantenimiento.
Como hemos visto, los arquitectos, ingenierías, administraciones públicas, empresas y particulares, exigen el uso de la metodología BIM de forma diversa. Lo que sí que queda claro es que BIM es una metodología pensada para optimizar el rol de los promotores privados y públicos. La computación en la nube necesita un liderazgo por su parte, es el sentido último de su diseño. Es mucho más que software.
Alejandro Ruiz Lara, CEO de Checktobuild, startup de tecnología de construcción que ofrece soluciones de gestión e inspección de obra aplicando inteligencia artificial y modelos 3D