El sector de ladrillos y tejas vio descender su facturación un 15,3% en 2023, hasta los 720 M€, pese a que su producción se incrementó un 5,7%, situándose en 5,6 Mt, según los datos presentados por la asociación Hispalyt. Así, la entidad señala que 2023 fue un ejercicio atípico marcado por la subida del precio de la energía y el encarecimiento de los materiales. En este sentido, concreta que la producción media en 2023 fue de 43.077 t anuales, lo que supone un incremento del 16% con respecto a 2022, cuando se situó en 40.769 t. A su vez, el volumen medio de negocio fue 2023 de 5,54 M€, un 15% menos que los 6,54 M€ de 2022.
Asimismo, la patronal subraya que, desde 2020, hay una estabilización en el número de empresas del sector (130), aunque esta cifra está lejos de las 300 que había en 2014. Con respecto al número de empleados, el pasado año se registró un aumento del 5,3%, hasta los 4.790, y el número de mujeres creció un 12,6%, hasta las 580.
Por tipo de producto, los ladrillos y bloques para revestir coparon el 77,4% de la producción, seguidos de lejos por las tejas (8%), los ladrillos caravista (6%) y el resto de materiales cerámicos. En el caso de las ventas, en las tejas y en los ladrillos de caravista se registraron caídas del 10,3% y del 13%, respectivamente. En ambos casos responden a la elección por parte de los promotores de soluciones más económicas. También hubo un descenso del 10% en adoquines y aumentos del 1% en las ventas de ladrillos y bloques para revestir; así como en los tableros y del 4,5 % en los forjados.
En lo que se refiere a la exportación en el sector, según ha explicado Francisco Rodríguez, vicepresidente de Hispalyt, siguen siendo la teja cerámica y el ladrillo caravista, los que lideran las ventas en el extranjero, llegando a suponer, en algunos casos, el 60% de la producción. La exportación del sector de ladrillos y tejas se redujo en 2023 un 16,6%, hasta los 108,5 M€, como consecuencia del encarecimiento de los precios de la energía. Sin embargo, esta cifra supone un aumento del 13,1% y del 63,8%, respectivamente, con respecto a 2021 y 2020. En este sentido, la asociación cree que hay una evolución importante para el sector, ya que España es el país europeo que más ha incrementado las exportaciones desde 2014, un volumen que lidera Alemania, con 267,09 M€ en exportaciones en 2023, aunque con tendencia también a la baja. Los países objetivo de las exportaciones españolas de ladrillos y tejas en 2023 fueron Francia, Reino Unido, Estados Unidos, Australia, Bélgica, Portugal, Corea del Sur, Nueva Zelanda, Países Bajos, Marruecos, Irlanda o Líbano. Por su parte, las importaciones de productos a España provinieron de Francia, Portugal, Italia, Bélgica, República Checa o Alemania.
En cuanto a las previsiones para el presente 2024, Hispalyt espera un crecimiento de las ventas, en consonancia con el incremento registrado en el primer trimestre del año, situado entre un 10-15%, según ha avanzado Francisco Rodríguez. La entidad ha reivindicado el protagonismo que la industria de ladrillos y tejas debe tener en las rehabilitaciones energéticas necesarias para cumplir con la Directiva europea de Eficiencia Energética, afirmando que, "el sector de cerámica estructural está preparado para cumplir con esta Directiva europea que persigue la neutralidad climática en 2050". "Los fabricantes de ladrillos y tejas han hecho un gran esfuerzo en I+D+i en los últimos años para desarrollar materiales y sistemas cada vez más eficientes y sostenibles”, aseguraron. En este sentido, destacaron los sistemas de SATE con acabado de plaqueta de ladrillo cara vista para fachadas y los sistemas fotovoltaicos integrados para cubiertas de teja. Sistemas, que dijeron, “tienen la gran ventaja de que contribuyen a conservar el patrimonio arquitectónico de pueblos y ciudades garantizando la eficiencia y la sostenibilidad de los edificios en los que se emplean".
La secretaria general de Hispalyt, Elena Santiago, ha explicado la necesidad de mejorar la seguridad de los edificios para garantizar la de las personas que los habitan. Así, ha denunciado que la actual normativa española de protección frente a incendios en edificios es muy poco restrictiva y tiene mucho margen de mejora. En los últimos años el Código Técnico de la Edificación (CTE) ha aumentado, por ejemplo, las exigencias en cuanto a aislamiento térmico (DB HR) y acústico (DB HR) para mejorar la eficiencia energética y el confort interior. Sin embargo, según declaró Elena Santiago, "el CTE no se muestra igual de restrictivo en cuanto a la protección ante incendios (DB SI) para garantizar la seguridad de las personas". En concreto, ha puesto de manifiesto que no se han aumentado las exigencias de protección frente a incendios en paredes interiores de edificios desde hace más de 25 años.
En este sentido, destacó las ventajas del uso de productos cerámicos, ya que tienen la mejor categoría de reacción al fuego. Son clase A1 sin necesidad de ensayo. No son combustibles, y en caso de incendio no contribuyen al mismo, no produciendo llamas, ni humos, ni gases tóxicos. En consecuencia, Elena Santiago presentó los cambios propuestos por Hispalyt en la normativa que regula la protección frente a incendios en los edificios del CTE (DB SI CTE) para mejorar la seguridad de las personas: añadir un apartado de ‘control de ejecución’ dentro del DB SI CTE, aumentar las exigencias en el DB SI CTE para paredes interiores, pidiendo una resistencia al fuego EI 120 (120 minutos) para paredes separadoras y EI 90 (90 minutos) para tabiques, y sustituir las exigencias actuales del DB SI CTE para fachadas por las exigencias de la normativa inglesa, que es más restrictiva.