La industria está dando cada vez pasos más firmes en la producción de equipos respetuosos con el medio ambiente. El uso de materiales reciclados, el ahorro energético o la retirada adecuada de residuos son aspectos que los consumidores están empezando a valorar. La distribución juega un papel importante para la prescripción de productos ‘verdes’. Una oportunidad de negocio que despunta en un entorno económico adverso.
Que una compañía apadrine 1.000 árboles para reforestar un terreno arrasado por un incendio revela que algo está cambiando en la sociedad y en la política empresarial de gestión y responsabilidad con el medio ambiente. Este ejemplo corresponde a la acción impulsada por Sony Ericsson el pasado mes de junio cuando plantó mil árboles en Mazarete (Guadalajara) dentro del proyecto ‘GreenHeart’, cuyo fin es la reducción anual de 49.500 kg de emisiones de dióxido de carbono (CO2). Pero no es la única sociedad implicada en este asunto. Miele, por su parte, reconoce también su preocupación por la conservación del ecosistema y contribuye a la reforestación de la ribera del Jarama por cada compra de su gama EcoComfort. A pesar de que las empresas europeas suspenden el examen medio ambiental respecto a su responsabilidad en este campo, según un informe de ‘The Economist’, en la última decada su implicación ha evidenciado un esfuerzo desconocido y loable con la puesta en marcha de programas de responsabilidad corporativa. Las empresas son conscientes que el hecho de establecer una estrategia medioambiental ofrece un impacto positivo en su reputación
Desde Samsung se apunta que los clientes muestran cierto apego e interés por estos equipos, aunque “si atendemos a los datos de volumen de unidades vendidas es evidente que el consumidor es más sensible al precio que a este tipo de argumentos”. Los consumidores reconocen como valores añadidos los beneficios que aportan los equipos energéticamente más eficientes en el medio y largo plazo “porque se traduce en un ahorro directo en la factura de la electricidad, aunque la inversión inicial sea mayor”, señala Raquel Castuera, directora de Marketing de Línea Blanca y Aire Acondicionado de LG. Y este aspecto también se refuerza con las conclusiones de un reciente estudio de Electrolux para el mercado europeo, donde un 80% de los consumidores asegura que las clasificaciones de eficiencia energética de los electrodomésticos influyen cada vez más en su decisión de compra, especialmente en la gama de frigoríficos. Pero la variable precio tiene gran influencia sobre la adquisición final. En mercados como el español y el italiano “el PVP prima sobre el resto de argumentos y la penetración de estos productos es inferior” admite el director general de Gigaset Communications, Sergio Talarewitz. Sin embargo, matiza que “en el resto de países europeos valoran mucho más aspectos como la calidad y la ‘ecología’, estando dispuestos a pagar más por ellos”. Para Talarewitz un papel importante lo desarrolla la distribución puesto que son los encargados de que en sus lineales haya productos que “cumplan unos determinados estándares, entre los que se encuentran los productos ecológicos”. Según la directora de Marketing de Línea Blanca y Aire Acondicionado de LG el consumidor se encuentra en un lineal con aparatos multifuncionales y de prestaciones sofisticadas “que pueden hacer de la compra un difícil reto”, aunque reconoce que las nuevas generaciones tienen el camino allanado gracias a las nuevas tecnologías y al intercambio de información sobre estos asuntos en internet.