Lo que hace unos años constituía un excepción en los catálogos electro del sector es ya una realidad asentada en los catálogos de la industria. No solo eso. La comercialización de aparatos sostenibles, eficientes o ecodiseñados en origen son para muchas compañías una cuestión estratégica en sus planes de crecimiento futuro.
Recientemente, durante la presentación de resultados, la multinacional BSH apuntaba un dato que creemos relevante: en el transcurso de 2009, con la crisis ya instalada entre nosotros, la compañía había logrado triplicar la venta en Europa de sus electrodomésticos altamente eficientes con respecto a 2008. Para ser más precisos, estos aparatos representarían ya el 15% de la facturación total del grupo, algo así como 1.260 M€ sobre un negocio total de 8.405 M. Pero la cosa no acabaría aquí puesto que las perspectivas de crecimiento que BSH atisba irán indefectiblemente ligados a la fuerte demanda de aparatos de bajo consumo. De hecho, este comportamiento del consumidor habría sido determinante en su evolución dentro del mercado alemán.
En cualquier caso no estaríamos hablando de un hecho aislado. De un tiempo a esta parte, no hay empresa ni catálogo de línea blanca, marrón, climatización, PAE e incluso de nuevas tecnologías que no exalte las excelencias medioambientales de alguna de sus referencias cuando no de todas. Y es que el contexto ha variado de forma notoria.
A finales de 2009, el Centro Común de Investigación de la Comisión Europea presentó un informe de JRC sobre las tendencias en el consumo de electricidad y de eficiencia energética en la Unión Europea. Dicho estudio de 89 páginas ponía en cifras algunas realidades contundentes. Como por ejemplo que en España el consumo de electricidad final en el sector residencial no paró de crecer desde 1999 y hasta 2007 frente a nuestros vecinos de la UE-27. Tanto es así que, con 71,59 TWh (teravatios hora) en 2007, nuestro consumo experimentó en esos ocho años un incremento del 57,54%, incremento muy superior a la media europea (13,17%). O que nuestro nivel de consumo es superior al de Italia a pesar de la diferencia palpable en número de hogares: 23,9 M ellos, 16,2 M nosotros. Otra conclusión relevante del estudio es el reparto del consumo eléctrico europeo medio por hogar y fuentes de origen (ver tarta del comienzo) en 2007. Partiendo de la base de que los sistemas de calefacción se llevan el porcentaje más elevado (18,7%), frigoríficos (15,2%), equipos A.C.S. (8,6%), televisores (6,7%) o lavadoras (6,4%) están entre los aparatos “que más gastan”. Llama incluso la atención que el llamado “modo de espera” o “stand by” de los aparatos electro, por sí solo acapara un 5,4% del consumo, más que el aire acondicionado (2,1%) o los ordenadores (2,7%).
Trazado este pequeño esbozo del escenario que nos rodea, lo cierto es que la industria del sector electro, en mayor o en menor medida, no ha dejado de avanzar en sus propuestas de producto sostenible. En algunos casos incluso por delante de la legislación tanto por avance tecnológico como por necesidad de atribuir valor añadido a unos catálogos cada vez más atenazados por las guerras de precio. Este bien podría ser el caso de los televisores. Como señalan expertos medioambientales de Topten y WWF, se pueden dar incluso situaciones paradójicas como que cuando la etiqueta energética sea visible en las tiendas (2011) estará “desfasada” en su medición con respecto al mercado. ¿En qué sentido? Desarrollada con parámetros de 2007, la directiva establecería que para lucir la clase A un televisor ha de tener un índice de eficiencia energética (IEE) inferior a 0,4 (0,3 para A+ y A++). Sin embargo, según Topten a finales de 2009 ya existían 46 modelos que superaban, en algún caso con mucha diferencia, los criterios para ser Clase A (el mejor de esa muestra ya sería un 46% más eficiente que un clase B). A este ritmo, no sería desdeñable pensar que en 2011 la clase A de televisores esté saturada mientras que las categorías E, F y G sean un gran desierto. La explicación es simple. La actual proliferación de televisores LCD con iluminación LED ha marcado la diferencia en estos tres años: consumen un 25% menos LCD convencional (iluminación CCFL) y un 40% menos que el plasma.
Maneras de llegar al ecoproducto
Pero siguiendo el hilo de las compañías más activas en el desarrollo de electrodomésticos ecoeficientes no podemos dejar de hablar de Sharp. Si bien es cierto que no se trata del único fabricante de televisores en aplicar criterios de reducción de consumos, lo cierto es que está haciendo bandera de ello con su tecnología “Quattron”. Uno de los elementos diferenciales que el fabricante japonés introduce reside en la incorporación del amarillo al tradicional RGB, lo cual no sólo mejora la calidad de los colores (hasta 1 billón) sino que se reduce el consumo. Y ello es debido a que para la generación de colores intermedios como el amarillo, cian o magenta, un panel convencional RGB necesita emplear mucha luz, algo que con ‘Quattron’ no es necesario. Otras prestaciones “medioambientales” tienen relacion con la iluminación LED desde el marco, el sistema ‘Eco Picture Control’ (optimiza la luz de la retroiluminación), el modo OPC (ajusta el brillo de la pantalla en función de la luminosidad del ambiente) o el botón Eco del mando a distancia.
El territorio de la línea blanca es, mucho antes que ninguno, un punto de confluencia de aparatos eficientes. Y lo es por varios motivos. Para empezar porque la etiqueta “ecológica” ya tiene una cierta trayectoria (obligatoria desde 1995); porque la industria se ha esforzada -incluso adelantado- en su aplicación y porque los planes de reposición de los últimos años han sido tremendamente efectivos. Según datos oficiales, desde su puesta en marcha en 2006, los planes renove de electrodomésticos habrían conseguido la sustitución de 2,6 M de aparatos convencionales por otros con etiquetado energético A, A+ o A++. Por compañías, BSH lleva a cabo una intensa labor relacionada con la eficiencia de sus electrodomésticos a través de sus diferentes marcas. ¿Su propuesta más reciente? La gama “eco PLUS” compuesta por frigoríficos A++ (consumen un 45% menos que la clase A), las lavadoras ‘iQdrive’ (30%), las secadoras ‘blueTherm (50%) o los lavavajillas con secado por Zeolitas (20%). En conjunto, el catálogo ‘Siemens’ estaría formado en un 90% por aparatos superiores a la clase A. Whirlpool, por otra parte, también ha sido especialmente proactiva con el desarrollo de electrodomésticos sostenibles. Su última apuesta llegaba el pasado mes de marzo con ‘Green Generation’, toda una colección de frigoríficos, lavadoras, lavavajillas y congeladores que persiguen el ahorro. De hecho, según Whirlpool Iberia, su uso al cabo de un año permitiría ahorrar 1.653 Kwh. En plano comercial, otra compañía como Miele busca impulsar su gama ecológica con una bonificación económica. En una acción que estará vigente hasta junio de este año, la compañía “premia” a los compradores de su gama ‘Ecocomfort’ con una ayuda que puede llegar hasta los 100€.
El PAE también se apunta al ahorro
Quizá menos conocido por sus productos sostenibles que sus hermanos mayores, el PAE comienza cada vez más a incorporar prestaciones, especialmente en la vertiente de Hogar. ‘Solac’ (Cegasa) incluye en su línea ‘New Digital Evolution’ de planchado el sistema ‘Eco-intelligent’, algo aparentemente tan sencillo para el consumidor como una desconexión/conexión de vapor tras 3 segundos sin movimiento logrando con ello un ahorro notable de energía y agua. Por su parte, BSH a través de ‘Ufesa’ habría puesto el foco en el ecodiseño con las planchas ‘Love Planet’. En esta ocasión, tras un análisis del ciclo de vida del producto se minimizando el impacto ambiental desde el mismo momento de su concepción. En aspiración tampoco faltarían ejemplos como el de Candy Hoover con ‘Green Ray’, una gama de aspiradores trineo que desarrollan el mismo rendimiento que los modelos con un alto consumo energético, logrando un 40% de ahorro.
La industria de la climatización también quiere predicar con el ejemplo. Hasta el punto de que la mayor parte de las novedades que se han ido incorporando en el último año buscan subrogarse a la eficiencia energética. Panasonic lanzaba este año ‘Etherea’, una gama de climatizadores dotada del sensor ‘Eco Patrol’ que autoevalúa y ajusta su actividad a la presencia y nivel de actividad humana en donde está instalado. Por su parte, Daikin con su concepto ‘Daikin Emura’ no sólo hace hincapié en el concepto del ecodiseño sino que cuenta con una bomba de calor de alto rendimiento, capaz de generar ahorros de hasta el 50%. En la categoría de Confort, Fagor también apuesta fuerte por el bajo consumo. En este terreno se enmarcan sus calentadores ‘Thermostatic’. Con calificación energética A++ su tecnología permite ahorros de hasta el 45% de agua frente a los calentadores electrónicos convencionales, así como un 40% menos de gas. Utilizados en instalaciones solares, incorporan un software que determina si el calentador debe o no ponerse en funcionamiento además de un mando a distancia permite cambiar la temperatura del agua desde la ducha. carlos.torres@alimarket.es