La facturación del sector de la distribución minorista en nuestro país aumentó un 12,7% el pasado año, tal y como recoge el estudio El Retail Europeo 2023-2024, elaborado por la consultora de investigación de mercados GfK – A NielsenIQ Company. En los países de la UE-27 el volumen de negocio creció un 5,5%. Estas cifras deben relativizarse en un contexto con elevados precios al consumidor, los cuales se han originado en los costos persistentemente altos de la energía, los fertilizantes y los alimentos para animales, así como a las consecuencias de conflictos geopolíticos.
Respecto a España, el incremento de casi un 13% de la facturación en el comercio sitúa a nuestro país por delante de las principales economías del continente. En Alemania (2,2%), Francia (5,5%) o Italia (2,3%) el crecimiento fue más moderado e incluso en Reino Unido el sector de la distribución experimentó un retroceso del -1%. El estudio refleja también el aumento del volumen de negocio en países de Europa del Este como Bulgaria (+18%), Rumanía (+14%) y Croacia (+14%).
El Retail Europeo analiza los principales indicadores del sector de la distribución minorista en la región para conocer su desarrollo y evolución: poder adquisitivo, volumen de negocio, cuota de consumo privado destinada al retail y tendencias de precios. Este año, como novedad, se incluye un capítulo sobre los cambios en el comportamiento de compra de los consumidores ante la subida de costes de los productos.
Cuanto mayor es el poder adquisitivo, los hogares gastan una menor parte de sus ingresos en artículos de primera necesidad, como alimentos, ropa y otros bienes esenciales. Esto hace que el porcentaje del consumo privado destinado a las tiendas sea más bajo. En el caso de España se observa un ligero crecimiento de un punto porcentual respecto a 2022. Si desde hace años la proporción era del 36%, en 2023 ha alcanzado el 37%. En el resto de la UE, por segundo año consecutivo, se ha registrado una bajada hasta el 33,9%, después de las subidas de 2020 y 2021 debido al confinamiento provocado por la pandemia. En 2023, los ciudadanos de la UE gastaron un 0,5% menos de su dinero en el comercio minorista que el año anterior, a pesar del incremento del poder adquisitivo de la población y del creciente volumen de negocio del comercio. Sin embargo, la proporción varía de forma destacada de un país a otro. En países de Europa del Este como Hungría, sus ciudadanos destinan uno de cada dos euros a comprar en los comercios (50%); en Bulgaria el porcentaje está en el 49%; y en Croacia en el 47%. Por el contrario, Alemania arroja el porcentaje de consumo privado destinado a las tiendas minoristas más bajo de toda Europa: solo un 27%.
Ante el impacto de las distintas crisis y la elevada inflación, los consumidores en Europa han adaptado su comportamiento de compra. Una de las medidas de ahorro habituales es la adquisición de marcas blancas, una opción más extendida en los países con mayor poder adquisitivo. Destaca especialmente el caso de España, donde el porcentaje de compra de productos de la marca del distribuidor en gran consumo es del 47%, la mayor cuota de toda Europa. En Países Bajos, Reino Unido y Alemania, esa proporción también supera el 40%. En el otro extremo se encuentran países como Turquía, Bosnia-Herzegovina y Bulgaria. Allí, la cuota de las marcas blancas es inferior al 10%. La posibilidad de comprar productos frescos más baratos en sus mercados es un factor decisivo para contrarrestar el aumento de los precios. En 2023 en casi todos los países europeos se observa un crecimiento de las compras de marca blanca en comparación con el año anterior. Sin embargo, a medida que la inflación se aplana, esta tendencia pierde impulso o incluso disminuye. Con un -1,6%, el descenso más acusado se registró en Irlanda, donde en 2022 hubo un crecimiento del 1,2%. En Alemania no pudo repetirse el alza del 3% del año previo. En su lugar, las compras de productos de marca blanca descendieron un -0,5%.