En líneas generales, una de las estrategias más seguidas para garantizar la viabilidad de las empresas es la apuesta por el consumible. El modelo de negocio es muy parecido, aunque con claros matices, al que desarrollan grandes empresas del sector del cartón complejo, vendiendo primero la maquinaria para después garantizar un suministro de materia prima regular. Las empresas de este segmento se han encontrado por tanto en una situación relativamente cómoda, aunque con un problema bastante importante que no hay en otros campos como es la influencia de los precios del petróleo. Si entre 2009 y la primera mitad de 2010 el crudo mantuvo sus cifras en unos niveles no excesivamente escandalosos (o por lo menos, moviéndose en una horquilla más o menos regular), desde el verano pasado, el petróleo ha sido un quebradero de cabeza otra vez para el sector plástico.
El petróleo se dispara
En fechas recientes, la Asociación Española de Industriales de Plásticos ponía el foco en el fuerte incremento de las materias primas, en especial en el primer trimestre de 2011. Según el Instituto Nacional de Estadística, los precios de los polímeros se han incrementado un 17,7% entre enero y marzo, con respecto a igual periodo de 2010, mientras que los de los transformados plásticos solo han crecido un 4,6%. Teniendo en cuenta que el grueso del fleje es plástico (habría una excepción para grandes cargas que es el acero), el problema no es pequeño. Con todo, el consumible sigue siendo una de las principales bazas, como demuestra Tecnopacking, firma que en los últimos años ha sabido incrementar sus ingresos gracias a este concepto y un mercado aún más difícil que el del fleje, como es el film plástico. De nuevo en 2011, la firma castellonense invertirá unos 300.000 € para aumentar su capacidad.
Aún así, el campo del flejado sigue siendo un negocio rentable y, sobre todo, seguro, en el que pocas veces se dan situaciones dramáticas. Sirva de ejemplo la rapidez en cómo se ha recuperado M J Maillis España, compañía que a finales de 2009 abandonó la fabricación directa en nuestro país concentrándose en su actividad como comercial de los productos del grupo griego al que pertenece. Tras este giro, sus ventas se han situado en 10 M€, a un 25% de lograr las alcanzadas en 2008 (último ejercicio en que compatibilizó ambas tareas).
Equipos para todos los gustos
Al igual que sucede en otros sectores, en el flejado tampoco hay un patrón claro sobre como se recuperará el mercado. La mayoría de las empresas apuestan por lanzar pequeñas novedades para atraer la atención de posibles clientes. Así, por ejemplo, Fromm Embalajes renovó el pasado año su gama de flejadoras manuales con dos nuevos modelos, la ‘P 318/P 316’ y la ‘P 327/P 330’, ambos con un motor reforzado de 18 voltios. La barcelonesa Reisopack relanzó el pasado año una serie de flejadoras horizontales capaces de poner también las cantoneras en los packs.
La otra opción dominante es, lógicamente, diversificar. Flejinsa, especializada en el sector del atado, lanzó en 2010 un cordón para uso doméstico destinado al sector de paquetería y en 2011 presentó una nueva gama de cuerda trenzada empleada para bricolaje. La barcelonesa Mosca Direct Spain inició el pasado año un proceso de diversificación en su actividad hacia nuevos campos como el precintado. Asimismo, durante la última edición de Interpack presentó novedades como los equipos de flejado por ultrasonido ‘SoniXs’, con un menor consumo energético, un producto que estrenará la etiqueta ‘GET Inside’ para distinguir aquellos que presentan un mayor nivel ecológico. Precisamente para cumplir con este perfil medioambiental, la empresa ha presentado también un fleje hecho en PLA (acido políactido), un biomaterial extraído de recursos naturales como el maíz.
Mosca Direct es además una de las pocas empresas de este sector que ha protagonizado una operación empresarial, cuando a principios del pasado año la alemana Gerd Mosca compraba el 20% que no controlaba de su filial española. La otra noticia de este corte ocurrió a principios de este año, cuando Exclusivas Martinsa entraba en fase de liquidación voluntaria de su actividad, como parte del proceso de venta de los activos de la misma (hasta ese momento en manos de Amador Martín Asensio) a la nueva Embalajes Martinsa, sociedad donde figuran como administradores los hermanos Tiago y Gustavo Andre Travassos Dos Reis.