El extenuante ritmo al que se suceden los cambios legislativos en el mundo del packaging no rebaja su intensidad. Mientras se digieren las últimas normas propias a nivel español, que son transposición de las últimas Directivas Europeas al respecto más alguna cosa de cosecha propia, se otea en el horizonte más cercano el nuevo Reglamento de Envases y Residuos de Envases, otro texto llamado a traer cambios estructurales en el mundo del packaging.Más allá de cuál sea el contenido final del mismo, lo que se podrá conocer en pocas semanas, parece claro que esta industria tendrá que seguir acostumbrada a las transformaciones de gran calado. Bien en forma de actos delegados o por legislaciones propias de cada país (lo que se sabe de este texto deja la puerta abierta a medidas medioambientales de varias velocidades en Europa), la necesidad de frenar el cambio climático augura más cambios en el medio plazo, según se vean los éxitos de las medidas planteadas hasta ahora y las nuevas urgencias que aparezcan.El informe sobre innovación y sostenibilidad en packaging vuelve a recoger un análisis de cómo está ahora mismo el panorama a este respecto con dos grandes contenidos. Por un lado, una encuesta que recoge el sentir de este mundo en algunos de los aspectos clave que tratan el Reglamento, así como de algunas de las medidas de reciente o próxima aplicación (tales como el impuesto al plástico, los Sistemas de Responsabilidad Ampliada, los porcentajes mínimos de material reciclado o los tapones solidarios). Por otro, un recorrido a las principales estrategias desarrolladas por los distintos nichos del mundo del envase y embalaje con vistas a mejorar sus procesos o productos, una carrera por reducir el impacto ambiental que es transversal a cualquier material del que se trate, ya sea papel, cartón, plástico, vidrio, metal, madera, celulosa o biomateriales.