El agotamiento de los recursos naturales en general, y no solo de los combustibles fósiles, es un problema de primera magnitud que exige una respuesta rápida y enérgica por parte de todos los estamentos sociales, desde gobiernos hasta ciudadanos, pasando por el propio tejido empresarial. El actual modelo económico global no es sostenible y se ve agravado por el progresivo crecimiento de la población mundial. Por esta razón, el modelo de economía circular se ha revelado como una solución no solo ante la escasez de recursos, sino también para paliar el acuciante problema de desempleo que azota a las principales economías occidentales.
A grandes rasgos, la economía circular consiste en un modelo basado en el reciclaje y reutilización de los productos para combatir el agotamiento de materias primas de la naturaleza, al mismo tiempo que se crean empleos denominados "verdes". Hasta 2020, se estima que podrían crearse hasta 20 M de empleos verdes, mientras que este tipo de puestos de trabajo creció un 20% entre 2007 y 2011, a pesar de la crisis económica que destruyó empleo en prácticamente todos los sectores económicos. La economía circular aboga por un modelo de producción en el que el reciclaje y la reutilización de los productos se contempla desde la misma fase de diseño y creación de los mismos, con el objetivo de minimizar la generación de residuos y combatir el agotamiento de materias primas. De esta manera, se diferencia del modelo tradicional o lineal, basado en la extracción de materias primas para la fabricación de productos, su posterior utilización y, finalmente, su eliminación. Otra diferencia fundamental entre la economía circular y lineal es que la primera permite la creación de empleo verde, considerado éste el perteneciente a sectores de la economía sostenible.
En nuestro país, la Asociación Nacional de Fabricantes de Vidrio (Anfevi) lleva apostando desde hace años por un modelo que integra los tres pilares básicos de la de la sostenibilidad y de la economía circular: el económico, el ambiental y el social. Según un estudio europeo realizado por la consultora independiente Ernst & Young, a nivel económico, la industria del envase de vidrio española y sus proveedores contribuyen con 860 M€ al PIB español. Mientras, en los últimos 10 años, las inversiones llevadas a cabo por las empresas de este mercado han alcanzado los 300 M€, con una inversión media anual, por tanto, de 30 M€. Dicho desembolso se ha centrado fundamentalmente en mejoras de las instalaciones existentes, con especial hincapié en la mejora de la eficiencia energética y la reducción de los niveles de polución, partidas que han abarcado un 54% de la inversión total.
El Subdirector General de Políticas Sectoriales Industriales de la Dirección General de Industria y PYME del Ministerio de Industria, Alejandro Cros Bernabéu, ha señalado que "desde el Ministerio damos la bienvenida al estudio presentado, que pone de relieve la importancia de una actividad industrial sólidamente implantada en nuestro país y tan necesaria desde el punto de vista de la sostenibilidad y felicitamos al sector por esta iniciativa y a su asociación por la difusión del mismo".
"Hay dos puntos que hacen modélica a la industria vidriera", comenta Juan Martín Cano, secretario general de la asociación. "Primero, el propio envase de vidrio, que es percibido como el más próximo al ideal, pues aporta sus cualidades para conservar los productos con la máxima garantía higiénico-sanitaria y que sirve de apoyo a la comercialización de los productos que lo emplean añadiéndolos valor e imagen, lo que especialmente en el mercado de la exportación lo convierte en el mejor aliado, circunstancia que se ha demostrado básica en estos momentos. Segundo, las propias características de solidez y estabilidad de la industria que establece vínculos seguros y permanentes en el tiempo, integrándose plenamente en su lugar de ubicación generando riqueza y empleo".
Gracias a su modelo económico, en el que el reciclaje forma una parte esencial, esta industria ha conseguido alcanzar una tasa de reciclaje del 60%. Más de la mitad de la materia prima para la fabricación de envases de vidrio procede del reciclado. Sin embargo, este dato podría aumentar gracias a la concienciación ciudadana, ya que la industria vidriera española está perfectamente capacitada para absorber en sus hornos cuantos envases de vidrio depositen los ciudadanos en los contenedores de reciclaje instalados para tal fin.
Por otro lado, gracias a la estratégica ubicación de sus fábricas, Anfevi ha conseguido que su modelo económico se sustente en la proximidad tanto a sus proveedores como a sus clientes, lo que permite reducir también las emisiones durante el transporte de materias primas y producto final. De esta forma, cerca del 66% de las materias primas (incluido el casco) se suministran en un radio de 300 km, mientras que alrededor del 46% de los envases de vidrio se entregan a clientes ubicados en un radio inferior a 300 km de las plantas de producción. Además, cabe destacar que la industria del envase de vidrio obtiene el 93% de las materias primas utilizadas en el territorio nacional, mercado en el que también vende el 79% de su producción, de tal manera que su actividad económica repercute de forma mayoritaria en la economía española, con una balanza comercial positiva.
El tercer pilar fundamental del modelo económico circular de Anfevi consiste en la apuesta por la creación de empleo estable y de calidad. En la actualidad, la industria del envase de vidrio da empleo en España a 10.900 trabajadores, que se segmentan en 4.000 trabajadores directos, 5.500 indirectos y 1.400 inducidos. Más de 95% de los empleos directos son estables, con una duración media cercana a los 15 años, que es más del doble que la nacional. Según Anfevi, el 98% de la producción nacional de envases de vidrio procede de apenas cinco grupo grupos industriales ( Vidrala, BA-Vidrio, O-I, Verallia y su participada Vidrieras Canarias ), quienes producen 2 Mt de envases anuales a través de sus 13 plantas repartidas por tota la geografía nacional.