El sector de cierres y tapones en España logró salvar los muebles en 2020 gracias fundamentalmente a su fortaleza a nivel internacional y a su flexibilidad. Esta condición le permitió adaptar procesos e infraestructuras poniéndolos al servicio de la producción de aquellas referencias más demandadas en pandemia, esto es, aquellas de alimentación y bebidas para su consumo en el hogar, y todas las relacionadas con la higiene personal y el cuidado del hogar. De forma paralela, como ya se apuntaba, las exportaciones, especialmente de piezas metálicas como los cierres twist-off, crecieron de forma significativa (+7,4%), lo que contribuyó a elevar la tasa de exportación hasta el 66,4% de la producción nacional, dos puntos más que en el curso anterior. Ambos factores lograron compensar en parte la incidencia en el mercado de los cierres temporales o los descensos en la actividad de algunas compañías que tienen en la perfumería, la cosmética y el vino, entre otros, sus negocios de referencias. De esta forma, el sector cerró el ejercicio con un descenso en sus ingresos de apenas un 1,6% respecto a 2019, según los datos de Alimarket incluidos en el Informe 2021 del sector de cierres y tapones en España, en el que se ofrece información detallada de las principales compañías y grupos que operan en este sector en nuestro país, así como productos que desarrollan, volumen de ventas y actividad inversora y de exportación.
El sector ha recuperado el ritmo en 2021
Este ligero descenso, no obstante, parece que será compensado ya en este 2021, en el que las perspectivas iniciales de las compañías eran optimistas, principalmente por la vuelta a la actividad de algunos sectores clave para la industria taponera en España. Sin embargo, la reanudación podría no ser tan rápida como se preveía inicialmente, a causa fundamentalmente del continuo encarecimiento de las materias primas y sus problemas de suministro, lo que, de seguir así, podría terminar por condicionar su recuperación.
A pesar de ello, por el momento, la mayor parte del sector ha optado por mantener su hoja de ruta para este ejercicio, tanto en niveles de actividad como en términos de innovación e inversión. Así, por ejemplo, ya en este 2021 se han retomado algunos de los proyectos industriales que quedaron en stand-by durante 2020, como es el caso de los que tenían compañías como Thomas Cosmética o José Combalía, ambos, con incrementos de capacidad en el horizonte. Y otras compañías como Grupo Torrent, Virospack o las dos filiales de Grupo Quadpack en esta categoría (Technotraf Wood Packaging y Quadpack Plastics) han presupuestado también diferentes desembolsos para este curso, continuando así con los ya realizados en 2020, principalmente para mejoras de procesos, ampliación de capacidad para referencias seleccionadas o el desarrollo de nuevos modelos, como parte del rotundo compromiso del sector con la sostenibilidad, convertida en su principal ventaja competitiva.
La sostenibilidad articula proyectos de inversión e innovación
Si en los últimos años el sector había comenzado a desarrollar piezas medioambientalmente más responsables, la preocupación de consumidores y empresas por la protección del entorno ha acelerado esta transformación, de forma que, en la actualidad, la innovación en el sector taponero se se centra casi de forma exclusiva en el cumplimiento de las futuras normas comunitarias en materia de Economía Circular (adelándose incluso varios años a que se implanten definitivamente) o siguiendo los principios del ecodiseño (piezas ligeras, reutilizables o reciclables en su totalidad). De entre todas las actuaciones desarrolladas en este ámbito destaca el boom que han experimentado las referencias “solidarias”, es decir, aquellos tapones que permanecen ligados a la botella una vez abierta, y que serán obligatorios en todos los envases de más de 3 l a partir de 2024. La irundarra Betapack lleva desde 2016 encabezando el desarrollo industrial de estas soluciones y, durante el pasado curso consolidó su condición de pionera con el l anzamiento de ‘Inova’, a rosca con bisagra, unas piezas especialmente diseñadas para refrescos y aguas carbonatadas y que ya está adaptando para el resto de bebidas, con millonarias inversiones tanto en I+D como en su dotación industrial para responder a la creciente demanda de estas referencias.
Pero no es la única que tiene estas referencias en catálogo, y otras sociedades como Alpla, Wisecap (nombre comercial del grupo italiano CDS, matriz de la española Manufacturas Inplast), United Caps o CSI han lanzado o están trabajando en tapones de este tipo para distintos cuellos de botella y tipos de bebidas, con el objetivo de poder desarrollar a corto plazo un completo catálogo que permita a la industria envasadora dar con garantías el salto a estos cierres. Pero estas piezas no son solo para bebidas, y compañías como Zeller trabajan, por ejemplo, para hacerlas extensivas a otros sectores como el de los aceites y vinagres, poniendo así el foco en la sostenibilidad de todas las referencias plásticas.
Y, en materia de ecodiseño, el número de ejemplos no se queda atrás y las novedades en el uso de materiales reutilizables, reciclables o reciclados, sin que el rendimiento de las piezas se vea alterada, se cuentan por decenas. Tanto grandes multinacionales como pequeños operadores han visto el potencial de invertir en desarrollar productos de este perfil y ya son cada vez más habituales, por ejemplo, válvulas antigoteo 100% reciclables (como las desarrolladas por Weener Plastic, Aptar o Bericap), cierres para perfumes o cosmética sin componentes plásticos (hechos al 100% de corcho o madera, por ejemplo) o cierres para todo tipo de bebidas fabricadas a partir de biopolímeros o monomateriales, como los que componen la nueva gama ‘Blossom’ de Guala.