La carrera por presentar materiales alternativos para el envasado alimentario marca el ritmo de las innovaciones del mercado, donde la sostenibilidad es protagonista indiscutible. La última en acelerar la marcha en este ámbito ha sido Hijos de Rivera, que ha presentado en la feria Food4Future que se desarrolla estos días en Bilbao un proyecto de botella elaborada íntegramente a partir de PLA (un biopolímero constituido por cadenas de ácido láctico), obtenido a partir de caña de azúcar de cooperativas de origen tailandés, para su marca de aguas 'Cabreiroá'.
Como subrayan desde la compañía, se trata de un material biodegradable y compostable, es decir, que se descompone en condiciones industriales en un período menor a 90 días, y cuya producción supone hasta un 70% menos de emisiones de CO2 que los envases convencionales de PET.
Yago Campos, gerente de I+D+i y líder de este proyecto en Hijos de Rivera, ha explicado que esta nueva botella necesita de un período de degradación mucho menor que el de los materiales convencionales incluso en condiciones de compostaje no controladas industrialmente, necesitando un centenar de días para su biodegradación completa, en lugar de los centenares de años que deben pasar para que lo haga una botella de PET.
Además, esta “botella vegetal” es 100% reciclable, aunque este proceso todavía presenta algunos obstáculos: la compañía reconoce que, al tratarse de un material relativamente novedoso para su uso alimentario, su circuito de reciclaje aún no se encuentra muy extendido, un frente abierto en el que la empresa se encuentra trabajando para poder garantizar su correcta gestión en un futuro próximo. Por el momento, la compañía promueve su compostaje como fertilizante y abono para agricultura, e incluso como elemento recuperador del entorno para taludes.
Además, las propiedades mecánicas del PLA son ligeramente inferiores a las que presenta el PET, por lo que la compañía admite que es posible que se observen pequeñas deformaciones en el envase con el paso del tiempo; punto desfavorable que se suma a que su coste sea ligeramente superior. Sin embargo, como ha explicado Álvaro García de Quevedo, director de Negocio de Agua y Bebidas Saludables de Hijos de Rivera, el precio de este biopolímero es mucho más estable que el del plástico al no depender de las fluctuaciones del petróleo, “que sube de media anual entre un 20 y un 30%”.
El directivo también afirma que el suministro de PLA a grandes volúmenes está garantizado por sus proveedores, otro de los puntos negativos que se le suelen achacar al PLA.
El resto de elementos del envase han sufrido un giro ‘eco’ a la par: la etiqueta de la botella también está elaborada con PLA, por lo que es igualmente 100% biodegradable y compostable, mientras que los pigmentos de la botella son orgánicos y se emplean en tintas “sostenibles y sin sustancias perjudiciales para el medio”, al tiempo que el agrupador está hecho de cartón. Tal y como indica la compañía, la biodegradabilidad y compostabilidad de la botella y sus etiquetas, según la norma UNE-EN 13432:2001, ha sido ensayada y validada con el centro tecnológico Itene.
No obstante, el tapón seguirá estando elaborado a base de plástico, por lo que los consumidores deberán reciclarlo depositándolo en el contenedor de envases, mientras que el resto de la botella (tanto cuerpo como etiqueta) se deberán tirar al contenedor orgánico.
El nuevo envase estará disponible este año únicamente en eventos internos de la compañía en formato de 0,5 l, aunque Hijos de Rivera prevé que pueda llegar al gran público en 2024, cuando se plantea introducir la nueva botella de manera gradual en los diferentes formatos de la marca debido a las exigencias de adaptación industrial que supone el proyecto.
“La sostenibilidad es una tarea global y es una de las máximas prioridades de la compañía y de todos los que trabajamos en ella, ya sea minimizando la generación de residuos, apostando por la reutilización y valorización, o buscando nuevos materiales más sostenibles, apostando así por el cuidado y la regeneración del medio ambiente. Por ello se ha puesto en marcha el Proyecto Origen, del que forma parte esta iniciativa, con la que se quiere impulsar medidas innovadoras que contribuyan a hacer un uso más eficiente de los recursos”, ha afirmado García de Quevedo.
Con esta presentación, Hijos de Rivera invita al sector de aguas envasadas a “construir juntos el nuevo camino alternativo de envases”, un camino que la compañía no considera incompatible con el rPET: “con esta innovación, no buscamos sustituir al plástico”, sentencia García de Quevedo, aclarando que “el rPEt es un material maravilloso, pero hay que incidir en su gestión para que no acabe en el entornos naturales” y subrayando que el futuro del sector dependerá de envases innovadores “que propongan nuevas soluciones”.
Esta voluntad fue lo que impulsó a la compañía a comercializar toda su gama de aguas en ecoenvases desde 2021, gracias a la introducción del vidrio retornable, aluminio, bag-in-box de cartón y rPET 100% proveniente de otras botellas dentro de su catálogo de formatos.
Hijos de Rivera cuenta con tres manantiales principales en nuestro país: la compañía está presente en Asturias con ‘Agua de Cuevas’; así como en Granada, donde envasa su marca ‘Fontarel’; y en Orense, cuna de 'Cabreiroá'. Además, desde el año pasado, la compañía cuenta con una participación mayoritaria en Auara Empresa Social.
El peso del negocio de aguas envasadas de Hijos de Rivera, estratégico para la compañía, la coloca dentro del ránking de principales envasadoras del sector según el último informe publicado por Alimarket.
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