El de las etiquetas industriales es un sector que se define por parte de todos sus actores como resiliente, activo, dinámico, con ganas de innovar y que mira de frente a los nuevos retos. Es esta filosofía, probablemente, la que ha ayudado a empujar su crecimiento y su competitividad y la que ha remarcado su atractivo a ojos de competidores foráneos, que han puesto su interés (y como deriva de ello, su capital) en empresas españolas.
Nadie rebate que la industria de etiquetas y sleeves en nuestro país ha vivido un periodo de gracia, ha sabido aprovechar las oportunidades y analizar con acierto las demandas para dar respuesta en el corto plazo y obtener buenos resultados de ello. Pero ¿seguimos inmersos en esta dinámica o algo ha cambiado?
En base a datos de la Asociación Ibérica de Fabricantes de Etiquetas en Continuo (Aifec), nos encontramos en 2023 con un retroceso del 3% en la facturación del sector, hasta los 788 M€, después de dos años de una evolución espectacular: 2021, con un incremento del 6,1%, y muy especialmente 2022, con un +11,8%. En términos de volumen, es muy evidente el efecto de la subida de los costes y la traslación de ésta a los precios. Si hace dos años el crecimiento era prácticamente idéntico al experimentado en valor (del 6,6%), en 2022 apenas fue del 1,5%. El año pasado (y con los precios más contenidos) la caída fue del 6,7%, hasta los 519 M m², cifra similar a la experimentada en pandemia (2020) e inferior a la registrada en 2019, 2021 y 2022.
De la misma forma, la demanda europea de materiales para etiquetas autoadhesivas disminuyó un 25,8% en 2023, según las estadísticas de Finat, si bien ya hacia el cuarto trimestre de la pasada campaña, el consumo de autoadhesivos en Europa aumentó un 2,1% en comparación con el mismo periodo del año anterior, lo que da pie a vislumbrar un horizonte de recuperación. En esta misma dirección, el analista Mordor Intelligence anticipa una tasa de crecimiento anual del 4-5% hasta 2028.
Muchos movimientos desde fuera y desde dentro
En este contexto, sigue vigente la etapa intensa de concentración de empresas que en los últimos años ha tenido como protagonistas, entre otros a la italiana Tikedo, con la adquisición primero de Etiquetas Adhegrafic y un año después de Gráficas Reca; la belga Asteria, compradora de Coreti y Etygraf; la francesa Labelys, a través de una triple operación, que incluyó a Etilisa, Satergraf y Gráficas Tomelloso; su compatriota Antalis, que se hizo con Grupo Cohal; la alemana All4Labels, propietaria de las barcelonesas Relieves Egara e Indetic; y la estadounidense CCL, con Creaprint en sus manos.
Algunos de estos grupos están reforzando el posicionamiento alcanzado en nuestro país con fuertes inversiones, como es el caso de Creaprint, renombrada como CCL Label Spain, con un proyecto de nueva fábrica; All4Labels, con un intentso programa de compras internacionales y lanzamientos; y Labelys, cuya filial Etilisa está construyendo una nueva fábrica y que ha reforzado su posicionamiento en Francia, España y Portugal con nuevas adquisiciones.
Pero además, los últimos meses han sido especialmente prolíficos en noticias protagonizadas por la industria nacional, que viendo la que se avecina, también ha apostado por el crecimiento inorgánico. Es el caso de Gráficas Zurita, Lappí y Universal Sleeve, las tres con operaciones que les han permitido, además, diversificar sus negocios hacia el embalaje flexible.
Todas estas operaciones, y algunas más, junto a los proyectos más importantes que está ejecutando este sector, y acompañado de un ranking de principales operadores por facturación, un cuadro de planes de inversión y una entrevista al nuevo director general de Aifec, se puede encontrar en el último Informe Alimarket del sector de Etiquetas Industriales y Sleeves.