El sector de embalaje para uso logístico sigue haciendo gala de una formidable resiliencia a todo tipo de coyunturas. En un entorno de ajuste de los precios de las materias primas y contención en el consumo, esta industria vuelve a pasar el trance con nota y sin mostrar signos de flaqueza, apoyada una vez más en la inversión y la mejora de producto como grandes armas.