Enrique Mastral, Director General de Iberembal, una de las filiales de Grupo Massilly en España, ha sido el encargado de seguir con la segunda ponencia de la tarde, centrada en el envase metálico y su principal característica: la sostenibilidad. Mastral ha comenzado presentando un breve perfil de la compañía gala, uno de los principales fabricantes europeos de envases metálicos, que tiene a su mercado natal, uno de los más importantes consumidores mundiales de alimentos en conserva, como su referencia fundamental. Con un catálogo que, no obstante, va más allá de ese campo (cubriendo productos como aerosoles, tapas twist o envases industriales), el grupo ha basado su estrategia comercial y productiva en la innovación, siempre con la premisa de la responsabilidad hacia la sociedad y el entorno. “Invertimos entre un 7%-10% cada año, gran parte a innovación y diseño, pero también en funcionalidad y sostenibilidad”, explica Mastral, “hemos conseguido reducir componentes y espesores y creemos que hay recorrido para aligerar el packaging hasta un 20% adicional. Podemos llegar a paredes de 0,09 mm.”
Mastral ha recordado que el metal es un material permanente y eternamente reciclable: “un 80% del material metálico producido en el mundo sigue estando disponible y es reutilizable”. Se da, además, la circunstancia de que cuenta con unas altas tasas de recuperación (el 83,6% de los materiales metálicos tuvieron una nueva vida en España en 2014) y que “una tonelada de material de aluminio u hojalata reciclado equivalen a dos toneladas de materias primas ‘nuevas’”. La implantación del modelo de Economía Circular en Europa representa un momento único que coloca al envase metálico como uno de los mejor preparados para conseguir los objetivos medioambientales propuestos a medio plazo porque “el envase metálico es el mejor ejemplo de Economía Circular”. La oportunidad es además clara si se tiene en cuenta que la preocupación medioambiental es ya un factor habitual en las decisiones del consumidor: "un 73% de los clientes reaccionan positivamente ante empresas que emplean envases sostenibles. La sostenibilidad es por tanto muy rentable”.
En su opinión, es básico también que se conciencie a todos los elementos de la sociedad y que las próximas generaciones estén comprometidas con el medio ambiente: “no se trata sólo de dejar un mejor mundo a nuestros hijos, sino de dejar además mejores hijos a nuestro mundo”.
La revolución digital también ha llegado al envase metálico, quien ha recibido las nuevas tecnologías aplicando un importante esfuerzo por adaptarse. “La conformación, por ejemplo, nos permite dar a los envases un aspecto más moderno. Y podemos añadir texturas o tactos para mejorar la experiencia del consumidor.” Pero la innovación no es sólo estética, sino también funcionalidad. “Como se ha comentado a lo largo de este Encuentro”, explica Mastral, “la esperanza de vida es cada vez mayor y una población envejecida tiene otras necesidades”. El Director General de Iberembal expuso una de sus últimas novedades, la tapa ‘DXL’, fabricada con un material que se ha debilitado con una incisión en cruz y que, al ser presionado, rompe el vacío facilitando el proceso de apertura en un 60%. “La sociedad”, afirma, “agradece que los desarrollos vayan orientados a facilitarnos la vida”.