Rebo2Vino: Reutilización sí, pero con importantes barreras
El grupo operativo de economía circular para la reutilización de botellas de vidrio en el sector vitivinícola Rebo2Vino ha presentado sus primeros resultados a las puertas de concluir su plazo de ejecución. El proyecto, que ha implicado una inversión total de 563.722 € (100% financiado por los fondos Next Generation de la UE) y se ha desarrollado durante 29 meses de trabajo (de octubre de 2022 a marzo de 2025), tenía como misión analizar los impactos y la viabilidad técnica, económica y ambiental de un sistema de reutilización de botellas de vidrio en el sector vitivinícola español para el canal horeca.
El proyecto, liderado por la Federación Española del Vino, ha contado con dos bodegas, que han puesto a disposición sus instalaciones para el proyecto piloto, como son Familia Torres y González Byass; con la fabricante de vidrio Verallia, como diseñadora de la botella (bautizada como ‘Reuse’ y pensada para ser compartida por el sector vinícola, con un peso de 430 gr y capacidad de soportar hasta 20 ciclos de lavado); y con Minsait como socio tecnológico. Asimismo, han participado analistas de la Cátedra Unesco de Ciclo de Vida y Cambio Climático y han colaborado Aecoc, Ecovidrio y Hostelería de España.
En un contexto de implementación de normativas, españolas y comunitarias, encaminadas a la reducción, reciclaje y reutilización de residuos para una economía circular, Rebo2Vino ha diseñado diferentes herramientas para ayudar a las bodegas en la toma de decisiones, de cara a una posible futura instauración de un modelo de reutilización de botellas, como el Análisis de Ciclo de Vida, un software para facilitar la gestión y recopilación de datos y una guía de buenas prácticas, con especial hincapié en el ecodiseño del envase, pero también en cuestiones como la logística, la seguridad y la trazabilidad.
En definitiva, el proyecto tenía que identificar y analizar las principales barreras y limitaciones, pero también las oportunidades y potencialidades de un sistema de reutilización de botellas de vidrio en el sector vinícola, aplicando los principios propios de la economía circular.
Barreras vs oportunidades
En este sentido, a lo largo de la realización de las pruebas piloto en las dos bodegas, González Byass, en Jerez, y Familia Torres, en la zona del Penedés, con sus vinos ‘Tío Pepe’ y ’Viña Sol’, respectivamente, quedaron en evidencia dificultades de calado, como la falta de infraestructuras en España, en cuanto a plantas de lavado de botellas. Éste se ha erigido como uno de los puntos críticos y, de hecho, ha determinado en gran medida que, en el caso de González Byass, el resultado de la prueba piloto no haya sido positivo: la imposibilidad de encontrar una planta de lavado cercana a las instalaciones bodegueras, encareció el sistema, hasta el punto de resultar significativamente más oneroso que el sistema de un sólo uso.
Como explicó durante la presentación de los resultados del proyecto Alba Bala, Directora Ejecutiva de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático de ESCI-UPF, se utilizaron tres módulos de extrapolación de datos: sistema de un sólo uso (actual), reutilización de botellas mediante pool individuales y a partir de pool colectivos.
Las conclusiones extraídas de los estudios señalan que sólo si las plantas de fabricación y limpieza de las botellas están cerca de las bodegas y si además se organiza el proceso en base a un sistema de pool colectivo o compartido, se obtienen resultados rentables. En concreto, el sistema de reutilización de botellas resulta un 25,31% más caro que el de un solo uso en el caso del pool individual, pero un 2,8% más barato que el modelo actual en un pool compartido.
Así pues, concluye el estudio, la viabilidad de la implementación de un sistema de retorno de botellas de vino pasa por: la construcción de al menos una quincena de plantas de lavado, situadas estratégicamente en las diferentes Comunidades Autónomas (gasto que se ha estimado en torno a los 45-60 M€); la creación de un SCRAP colectivo; la adaptación de las infraestructuras logísticas de las bodegas para gestionar las botellas reutilizables; y la implementación de herramientas digitales de análisis de datos.
Por su parte, las dos bodegas participantes en el estudio ponían sobre la mesa otras dificultades, como la necesaria implicación del canal hostelero en el proceso (en gran medida, por la necesidad de disposición de espacio de almacenamiento suficiente para las botellas usadas); el cambio de imagen que implica la utilización de una botella genérica reutilizable para todos los integrantes del pool (no siempre posible, especialmente en el caso de referencias de carácter prémium); el rechazo del consumidor ante botellas con muchos ciclos de vida, que presentan una imagen deteriorada; la investigación en etiquetas fácilmente despegables en el proceso de lavado, pero que resistan, por ejemplo, la inmersión en cubetas de hielo cuando se pone a enfriar un vino; y la necesidad de adaptar las líneas de envasado y afrontar pérdidas en términos de productividad.
En definitiva, tal y como han resumido los participantes del proyecto, la sostenibilidad no es una opción y es preciso continuar avanzando hacia una economía circular, un camino que el sector vinícola debe recorrer, trabajando en el desarrollo de sistemas que a la vez garanticen la rentabilidad del circuito para todas las partes implicadas.