El minibar es el único elemento del mobiliario de una habitación que puede significar una fuente de ingresos extra para el hotel, pero siempre que se cuente con una gestión y política comercial adecuadas. Los fabricantes, a la espera de novedades más relevantes, trabajan nuevas fórmulas para garantizar el rendimiento de sus productos.
Pocas novedades en el segmento de minibares para hostelería. Si hace pocos años el sector se revolucionaba con la llegada de la automatización de la mano de Bartech, Dometic y Minibar, hoy las novedades se reducen a pequeños retoques técnicos y de diseño. En el primer apartado, el principal objetivo es reducir los costes de electricidad y mantenimiento del minibar. En este sentido, Omnitec propone los modelos 100% electrónicos de la gama ‘T’, que reducen el consumo un 40% (hasta 0,50 Kw/24 horas) frente a las tecnologías tradicionales y funciona con ausencia total de gases. Busafe también ha hecho su apuesta con un modelo con compresión Danfoss, consiguiendo, según sus responsables, excelentes resultados en consumo energético y funcionamiento silencioso.
Estas mejoras están encaminadas a minimizar en lo posible el coste de mantener un minibar, pues no son pocos los directores de hotel que consideran que pesa más la atención que hay que prestarles (limpieza, reposición de los productos y revisión de sus fechas de caducidad, control del consumo por parte de los huéspedes, coste energético, posibles ruidos que puedan perturbar el descanso del cliente...) que los beneficios que reporta. Por ello, los fabricantes, especialmente los de modelos automatizados, tienen especial interés en asesorar a sus clientes sobre una gestión adecuada. Ésta incluye propuestas comerciales como ofertas para determinados clientes o grupos, o dependiendo de las franjas horarias, caso de la clásica ‘hora feliz’ de los bares. Por ejemplo, el automático ‘Smartbar’, de Minibar, permite programar esta función. Hasta ahora, como norma, la vía más rápida para amortizar el minibar era encarecer los precios de venta. Esta medida puede tener efectos contraproducentes, como robar mercancías o tratar de engañar el sistema de pesos. Según una encuesta realizada el pasado abril entre los usuarios de la web hotels.com, del grupo Expedia, el 60% de ellos consideraba que los precios de los minibares son “un timo”; en respuesta, cerca de un 16% había sustraído algún producto o engañado al hotel. Aún así, el 77% de los encuestados se declaraba usuario de los minibares, con un gasto medio de hasta 20 €.