Los operadores logísticos ante los nuevos retos digitales

La tecnología está cambiando la forma de hacer negocios de las compañías y transformando sus modelos logísticos. Algunos ejemplos de la incidencia, directa o indirecta, de las nuevas tecnologías en el ámbito logístico y empresarial son el incremento de los consumidores digitales, la aparición de la economía compartida, la estandarización de las operaciones o la concentración de empresas. La digitalización está empujando la transformación a un ritmo nunca visto anteriormente, y para los operadores logísticos estos cambios suponen un reto del que pueden salir fortalecidos ─en caso de ser capaces de añadir valor a la cadena─ o, por el contrario: pueden propiciar su desaparición. En este artículo, resumen de la conferencia ofrecida en el marco del salón LOGISTICS Madrid 2015 el pasado 18 de noviembre, Pank Bedaux revisa las tendencias principales en la evolución de la cadena de suministro y reflexiona sobre si suponen una oportunidad o una amenaza para los operadores logísticos.

La colaboración es la principal fuente de valor en la cadena

El concepto de colaboración empresarial no es nuevo, ni mucho menos, sino que se remonta a 20 años atrás, aunque realmente en aquel momento las empresas estaban tan poco cohesionadas a nivel interno que no tenía mucho sentido buscar una integración con socios, clientes y proveedores. Una vez que las empresas han ido integrando las funciones de su cadena de suministro interna con sus procesos operativos y de planificación, lo que queda para seguir mejorando es la colaboración externa.

La colaboración externa (o relación colaborativa) va más allá de una mera relación comercial entre cliente y proveedor y busca la generación de valor más allá de los valores creados por cada una de las partes de forma individual. Se trata, pues, de encontrar puntos de sinergia a través de la sincronización y la alineación de las operaciones para llegar así donde por separado no es posible llegar. Un claro ejemplo de colaboración es rediseñar la cadena de suministro end-to-end (desde la fabricación de un producto hasta su llegada al punto de venta) como si se tratara de una única compañía para, posteriormente, definir el rol individual de cada uno de los socios.

En los últimos dos años, desde Miebach Consulting se ha percibido un incremento espectacular del número de proyectos relacionados con la colaboración y, en su mayoría, el operador logístico desarrolla un papel importante. No sólo se trata de proyectos de transformación de la red logística sino que existen también otros tipos de colaboración como la planificación colaborativa, el Vendor Managed Inventory, la reposición con datos sell out o los poolings de transporte y de almacenaje.

Para el operador logístico, los proyectos de colaboración son una oportunidad para posicionarse como dirigente de la cadena de suministro, aprovechando su papel de intermediario entre proveedor y cliente. Sin embargo, la colaboración también puede ser una amenaza si se toma una posición reactiva: existe el peligro de que los fabricantes y distribuidores absorban el margen de la optimización, quedando el operador logístico como ejecutor de transporte y almacenaje.

Si los operadores logísticos no aprovechan la tecnología, habrá otros que lo hagan

La encuesta anual sobre operadores logísticos que realiza la Penn State University (EUA) desde hace 20 años incluye una pregunta sobre la importancia de las capacidades tecnológicas como elemento de expertise de los operadores logísticos. Más del 90% de las respuestas confirma que la tecnología es importante y, a su vez, el 60% de los entrevistados afirma no estar satisfecho con las capacidades tecnológicas de las que dispone su operador. Según las compañías entrevistadas, existe un salto de más de 30 puntos porcentuales entre lo importante que es para el desarrollo de la actividad de los operadores logísticos la utilización de tecnología de la información puntera y el nivel tecnológico que realmente están ofreciendo como proveedores de servicios logísticos.

Si analizamos el abanico de herramientas al alcance de un operador logístico para mejorar su eficacia y eficiencia, veremos que prácticamente todas requieren tecnología de un modo u otro. El elemento tecnológico es tan importante para el funcionamiento de estas empresas que existen operadores logísticos de nueva generación que tiene su origen en la tecnología y no en las operaciones: Nimber, uShip, Cargomatic o Flexa son algunos ejemplos startups basadas en la tecnología y en la economía compartida.

Aunque estas empresas probablemente sigan siendo muy específicas de un nicho de mercado, actualmente hay otros agentes que suponen una mayor amenaza para el sector logístico, como por ejemplo Amazon. Este gigante del comercio electrónico ya está ofreciendo servicios logísticos a pequeños comercios electrónicos que ni siquiera están integrados en la plataforma de venta de Amazon.

La tecnología es una amenaza pero también un potente aliado y una fuente de oportunidades para los operadores logísticos. En los próximos años, éstos no podrán limitarse a presentarse como proveedores de mano de obra sino que deberán centrarse en ofrecer tecnologías que los fabricantes por sí solos no son capaces de financiar. Además, estas tecnologías serán elementos diferenciadores respecto a la competencia, y una buena arma de captación y fidelización de clientes.

“Monocanalidad” será pronto un término anticuado

La tendencia actual es que los consumidores combinen cada vez más los canales off y online. Al final, lo que se quiere es poder comprar cualquier cosa, en cualquier momento y recibirlo donde más convenga. Una vez que todos los consumidores seamos digitales (por nacimiento o por conversión) ya no existirá la monocanalidad y todo se distribuirá a través de la omnicanalidad. Además, los formatos comerciales están tendiendo a convergir: los pure players (empresas que sólo venden on-line) están abriendo tiendas físicas y a su vez cada vez es más frecuente que los comercios tradicionales dispongan de dark stores (tiendas exclusivamente para preparar los pedidos del comercio electrónico).

Para las empresas, la omnicanalidad supone muchos retos a nivel logístico. Requiere tener inventarios en tiempo real para poder saber desde dónde se puede suministrar un producto, coordinar inventarios para poder confeccionar un pedido desde múltiples ubicaciones, contar con sistemas integrados para la comunicación y con mayores automatismos para ofrecer la agilidad necesaria, etc. Esta complejidad, además, se duplica como consecuencia de la logística inversa, que en este canal de distribución es casi igual de importante que la logística de entrega (y por ello los costes de la logística de la omnicanalidad son superiores a los de la logística tradicional). Como consecuencia de los retos anteriormente mencionados, es fundamental que haya transparencia respecto al coste.

En este contexto, los operadores logísticos tienen que adaptarse a las nuevas necesidades para sobrevivir: convertir los almacenes tradicionales en centro de preparación de pedidos y envío a clientes, invertir en tecnología de picking automático, que ofrece un servicio sin errores, etc.

La entrega el mismo día de la compra será el estándar en las ciudades

En una encuesta reciente realizada a nivel europeo por Metapack, se preguntó a un grupo de 3.000 consumidores qué servicios de entrega de sus compras on-line iba a usar en el futuro. El 55% contestó que tenía previsto usar el servicio de “entrega el mismo día” y otro 35% el servicio de “entrega en una hora”. Está claro que, en la medida en que estos servicios no supongan un sobrecoste elevado para el consumidor, su demanda crecerá substancialmente en los próximos años. Además, y por lo que se está viendo en EEUU y UK ─mercados líderes en el comercio electrónico─, las empresas consideran este tipo de servicio como un elemento más para diferenciarse de la competencia.

El servicio de “entrega el mismo día” va a requerir una logística mucho más local y un incremento de los centros de envío (fulfillment centers) en todas las ciudades. Esto va en contra de las necesidades de controlar el capital de trabajo y por eso seguramente sólo se aplica a los productos de alta rotación. En cualquier caso, para los operadores logísticos, tener una red logística para la “entrega el mismo día” será un valor diferencial.

Los almacenes del futuro tendrán estándares corporativos y altamente tecnificados

En los últimos años, las multinacionales han vivido un proceso de estandarización de sus almacenes: cada vez hay más prácticas y normativas estándares en torno al “almacén del futuro”, incluyendo layouts, procesos y tecnologías predefinidos.

Estos modelos corporativos suelen contemplar un mayor nivel de automatización de los procesos logísticos, debido a las necesidades de servicio y a la búsqueda de productividad. Además, la robotización frente a automatismos más tradicionales es de mayor flexibilidad; los proyectos tecnológicos ya no son tan rígidos como antes.

Para los operadores logísticos, la estandarización es positiva, ya que facilita la externalización, y también es una oportunidad porque fortalece la relación a largo plazo, aunque por otro lado requiere una capacidad de inversión considerable.

La personalización de los productos es una gran oportunidad para los operadores logísticos

En los últimos años, la complejidad se ha ido incrementando como consecuencia de la personalización: los distribuidores quieren diferenciar los productos que venden para evitar ser comparados con sus competidores. Para los fabricantes, esta proliferación de distintos formatos genera tal complejidad en la cadena que están evaluando cómo ofrecer productos personalizados sin embarcarse en automatizaciones poco rentables ni incrementar sus costes laborales.

En este sentido, los operadores logísticos pueden ser un buen socio para asumir las personalizaciones, ya que están acostumbrados a actividades intensivas en mano de obra, con convenios más flexibles y adaptados al tipo de trabajo. Además, son empresas que suelen trabajar con sistemas adaptables a las necesidades de sus clientes, con equipos de ingeniería/proyectos y con infraestructuras adecuadas. Por otro lado, los operadores logísticos, al trabajar en un entorno multicliente, con mayores volúmenes, pueden permitirse invertir en automatizaciones con un payback razonable.

Conclusiones

Desde Miebach Consulting detectamos que la cadena de suministro se está transformando a una velocidad vertiginosa, lo que supone una gran oportunidad para el sector logístico, siempre y cuando sea capaz de adaptarse a los cambios.

Más concretamente, las principales oportunidades para las empresas logísticas son:

Consolidación de mercancías de cargadores y distribuidores (pooling).

Crecimiento de la distribución capilar.

Colaboración estratégica para abordar proyectos tecnológicos y proyectos de inversión.

La estandarización de almacenes facilita el outsourcing.

Crecimiento de servicios de valor añadido.

Las empresas que entiendan mejor estos retos, amenazas y oportunidades serán los operadores logísticos del futuro.

Más información: bedaux@miebach.com

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