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“Los clientes contratan la limpieza por precio y ese es el principal problema”

Juan Díez de los Ríos,presidente de Aspel

Integrada por un total de 16 socios tras la quiebra en el último año de uno de sus miembros -la empresa madrileña Concentra Servicios y Mantenimiento-, la Asociación Profesional de Empresas de Limpieza (Aspel) representa los intereses de un total de 3.900 compañías en nuestro país. Entre sus asociados, figuran grandes grupos como Eulen, Grupo Norte, ISS Facility Services, Samsic Iberia y Ferrovial, por citar sólo algunos.

“Los clientes contratan la limpieza por precio y ese es el principal problema”
Juan Díez de los Ríos, presidente de Aspel

Alimarket: ¿Qué balance hace Aspel del sector de la limpieza industrial en 2017?

Juan Díez de los Ríos: Aunque no disponemos de los datos cerrados correspondientes al actual ejercicio todavía en curso, podemos asegurar que el sector de la limpieza cae. Veníamos del entorno de los 7.000 M y ya en 2016 bajó a los 6.800 M, con la previsión para este año de situarse en los 6.500 M. Esto se debe a que nuestros asociados están compitiendo siempre con la tiranía del precio. Los clientes contratan la limpieza por precio y ese es el principal problema. La situación ha llegado al límite y en este contexto yo creo que todas las empresas van a contener sus márgenes. Hay concursos que empiezan a declararse desiertos. La limpieza se ha convertido en un ‘comodity’, como dicen los economistas, y todo se contrata a precio, sin tener en cuenta que detrás hay unos costes laborales que suponen más del 80% de la cuenta de resultados de cualquier empresa de limpieza y que además, son personas las que desempeñan este trabajo. Yo espero que 2018 sea mejor pero es una esperanza, no la baso en ningún dato. Los datos que yo tengo son de caída. Un retroceso que empezó en 2015. Este año, por lo que estamos viendo (concursos públicos y privados, cierre de algunos centros, y toda la parte de los bancos con las fusiones y demás) se han reducido bastante las contrataciones de limpieza.

A.: ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las empresas a las que representan?

J.D.R.: Debemos afrontar varias cuestiones todavía sin resolver. Una de ellas es de carácter laboral, ya que necesitamos un convenio del sector de la limpieza a nivel nacional y no 60 como tenemos ahora. Ese es un reto importantísimo: buscar el mercado único evitando las diferencias derivadas de los distintos convenios provinciales. Otro aspecto sensible son las legislaciones pendientes de aprobar en el Congreso, como la Ley General de Prespuestos - que esperamos suponga en 2018 una inyección de dinero que permita a las empresas limpiar sus activos- y la Ley de Contratación del Sector Público, que nos afecta de forma directa y confiamos que esté vigente en los primeros cuatros meses del año que viene. Lo que ocurra en el sector público es muy importante para nuestras empresas porque éste representa para ellas casi la mitad del mercado, desde hospitales hasta estaciones de metro y autobús, aeropuertos y trenes, entre otros. Esperemos que la nueva ley salga adelante y agilice los procesos. Otra de nuestras preocupaciones es que, por razones presupuestarias, muchas de las entidades públicas y privadas están estudiando la posibilidad de realizar ellos mismos el servicio de la limpieza, es decir, ir al contrario de lo que se ha hecho durante los últimos 40 años. Es el caso del grupo de distribución alimentaria Sabeco, propietario de los supermercados Simply, que ha optado por desarrollar de forma interna este servicio, sin tener en cuenta que esa decisión deja un pasivo laboral de 200 personas para la empresa responsable hasta entonces de la limpieza de sus instalaciones; con el añadido de que no pensamos que la plantilla actual de Sabeco-Simply (cajeros, reponedores, etc.) esté en condiciones o tenga formación suficiente como para poder limpiar e higienizar esas superficies. Aunque nos parece una decisión absolutamente terrible, no tenemos posibilidad legal de ir en contra.

A.: Recientemente la asociación que usted preside alertaba sobre el mayor índice de absentismo laboral en el sector.

J.D.R.: En efecto, ese es otro de los focos en los que tenemos puesta nuestra atención. Según los datos presentados por Aspel a través de la Asociación de Mutuas de Empresas de Trabajo (AMAT), el absentismo laboral en el sector de la limpieza ha aumentado un 53% en los últimos tres años, coincidiendo con la salida de la crisis. Este hecho nos preocupa y estamos trabajando para solucionarlo. Podría pensarse que esto es debido a un exceso de planificación de trabajo que las personas acusan teniendo más enfermedades. Nosotros pensamos que algo tendrá que ver, pero desde luego no es el factor principal. Vamos a ver si somos capaces de sesgar los datos y poder hablar más con los interlocutores sociales para tratar de solucionar este tema.

A.: ¿Qué soluciones globales proponen desde la asociación?

J.D.R.: La primera es intentar que la competencia sea siempre leal. Y eso lo lograremos con esa negociación colectiva que nos dé un entorno de mercado único para todo el territorio nacional. Lucharemos para que el precio sea suficiente y vuelvan a entrar las eco-etiquetas, es decir, que el sector tenga su propia regulación. Si recuperamos el valor de esas normas, estamos reconociendo los principios mediambientales que se habían eliminado de la visión antigua de la contratación debido a la crisis que impuso el precio como único criterio. Para ello, hemos incluido en nuestras actividades, principalmente en el bienio 2017-2018, las mesas sectoriales de contratación. Tenemos creada una desde hace más de seis años en Cataluña que funciona muy bien y nos ha dado unos resultados estupendos. Hemos constituido otra en Valencia, que también está yendo en la buena dirección, y tenemos que activar las de Andalucía y Madrid y establecer, en el futuro, la de Murcia. Con todas esas mesas en las que estamos sentados los sindicatos mayoritarios y las patronales junto con la Administración, hemos logrado captar el mercado completo, tanto público como privado.

A.: Volviendo al ámbito laboral, qué propuestas concretas manejan actualmente?

J.D.R.: La crisis ha afectado a los servicios de limpieza por tener un componente tan importante de coste laboral: se ha resentido la facturación de las empresas y ha caído el empleo. Además, ha subido la contratación temporal dado que se ofrece menos tiempo para trabajar. Cerca del 80% de nuestros empleados son mujeres y casi un 60% lo hace a tiempo parcial. Por tanto, para los sindicatos es muy importante volver al precio suficiente, para garantizar parte del empleo buscando mayor calidad en el trabajo.

A.: ¿Qué perspectivas tienen para el próximo año?

J.D.R.: Lo que intentamos es que aumente el número de horas de trabajo. En el caso de las oficinas, responsables de entre el 70% y el 80% de los ingresos de nuestro sector, no logramos que los clientes piensen que el trabajo de día es posible, que lo único que hace falta es que ellos mismos tengan una programación medianamente correcta. Por ejemplo, si una salita o unos despachos no se van a utilizar en determinados momentos, la carga de trabajo del personal del limpieza se puede repartir a lo largo del día sin que tengan que acudir por la tarde o a última hora o por la mañana demasiado temprano, con lo que se estaría ganando en conciliación familiar, los trabajadores estarían más contentos, la contratación se abarataría al no contemplar la nocturnidad y se estaría evitando el uso de la energía eléctrica durante esas horas contribuyendo así al ahorro energético. A diferencia de otros países de Europa, sobre todo los de la parte norte, que lo tienen muy claro, aquí no hemos desarrollado todavía esa conciencia. Vamos a intentar convencer a nuestros clientes de que esto es así y que nuestros asociados puedan recuperar sus márgenes tras nueve años de crisis. Algunos están pensando que ya no les interesa este sector porque intentar sacar un beneficio de esto les supone un esfuerzo ímprobo.

A.: ¿A qué vías están recurriendo algunas de las empresas para no abandonar el sector?

J.D.R.: Una opción cada vez más generalizada es dedicarse a más servicios que la limpieza, esto es, ofrecer los llamados ‘facility service’, que permiten a sus clientes externalizar diferentes áreas de negocio secundarias para centrarse únicamente en su actividad principal. Otra es la internacionalización, si bien, la limpieza “viaja” relativamente mal. Algunos de nuestros asociados operan en Oriente Medio, países de Sudamérica, alguno en Australia y bastantes en Reino Unido. Pero hay que tener en cuenta que son mercados tan maduros como el nuestro y complicados, a menos que se tenga allí una base o una empresa del grupo que dé el soporte necesario. Aunque reconocemos las ventajas de operar en algunos de ellos, pues los países que se rigen por el derecho anglosajón funcionan bastante mejor que el nuestro, ya que las relaciones laborales son de “persona a persona”, sin que medien los sindicatos.

A.: ¿Cómo valoran desde la asociación la evolución de las empresas de limpieza dentro del canal horeca?

J.D.R.: En este sector las empresas de limpieza tenemos un nubarrón importante que son las camareras de piso. Es una situación que tiene su origen en la reforma laboral que hubo y por la que coexisten convenios del sector con los de las empresas. El convenio del sector, que es el que negocia Aspel, es el que prevalecía antes de la reforma, pero esto cambió y el convenio de las empresas puede empeorar las condiciones. De esta forma, si una empresa de zonas tan turísticas como Baleares y Canarias hace su propio convenio de limpieza y establece unas condiciones más bajas que las acordadas por nosotros para el sector, evidentemente compite de forma desleal para trabajar, por ejemplo, con las cadenas hoteleras. Éstas también han sufrido la ley del precio por habitación y, por supuesto, lo han trasladado a las subcontratas. El sector hotelero elige camareras de piso de las contratas si van con convenio de empresas mucho más bajo en coste laboral que el que recoge el del sector. Los sindicatos están muy indignados ante la precariedad que esto generó ya en 2016 y en el pasado verano, pero las empresas son libres y no se les puede obligar. Todos los partidos de la izquierda y sindicatos han estudiado este tema y por eso hay esa proposición de cambio de ley y más concretamente del artículo 42.1 del Estatuto del Trabajador sobre trabajadores subcontratados. Distinta es la situación de restaurantes y cafeterías, espacios en los que las empresas de limpieza se encargan fundamentalmente de limpiar aseos y conductos de cocina. Es una tarea muy especializada en la que no ha habido bajada de precios. Se ha podido apreciar, tal vez, una reducción de la frecuencia pero se sigue contratado, como sucede en el caso de las fachadas. No nos consta que las empresas hayan sufrido recortes en esta área.



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