"La ambición de Puig es alcanzar los 3.000 M€ en 2025". Así lo ha expresado la compañía de perfumería durante la presentación de sus resultados, que ha corrido a cargo de Marc Puig, chairman y CEO. Este objetivo económico se acompaña de sus nuevas prioridades estratégicas y planes de futuro. Entre ellos, tal como ha apuntado la empresa, "Puig ha incrementado su interés en plataformas locales o regionales con posiciones de liderazgo en el sector de la belleza, con marcas que cuenten con una propuesta diferenciada, apoyándose en la tradición, ingredientes o conceptos relevantes en sus respectivos territorios, con potencial para extender su crecimiento geográficamente".
En este sentido, hay que recordar que tras la experiencia de Granado en Brasil, que califica de "exitosa", a principios de 2019 adquirió una participación minoritaria en Loto del Sur, una compañía colombiana del sector de belleza con posicionamiento premium; y en Kama Ayurveda, compañía líder en la India de productos de belleza y cuidado personal desarrollados bajo los principios ayurvédicos. "Ambos acuerdos son el primer paso hacia una posición mayoritaria de Puig en un futuro".
Ventas estables y beneficio en crecimiento
Centrándonos en el balance económico del ejercicio 2018, Puig alcanzó en 2018 unas ventas netas de 1.933 M€, cifra similar a la del año anterior, cuando facturó 1.935 M€. A perímetro constante, la evolución se situó en el 5%. Por otra parte, el beneficio antes de impuestos representa un 17% de los ingresos netos (con un alza del 5%); y el beneficio neto atribuido ha alcanzado los 242 millones de euros, un 13% de las ventas (+6%).
Por regiones, el 14% de las ventas se generaron en España y el 86% en el resto del mundo. A su vez, el 41% del negocio tuvo lugar en mercados emergentes (-6% de evolución en ventas respecto a 2017 y +4% a perímetro constante), mientras qula región formada por Norteamérica y la Unión Europea -sin España- supuso cerca del 45% y mejoró su facturación un 8% (+9% a términos constantes). Actualmente, Puig comercializa sus productos en más de 150 países y cuenta con filiales propias en 26 de ellos.
Si nos fijamos en el mercado español, las ventas de fragancias selectivas a consumidor final aumentaron por encima del 1%. "El cierre de puertas de algunas cadenas significativas ha tenido impacto negativo en nuestras ventas al canal, con un resultado neto del -3%", ha apuntado.
Más ambición con las marcas propias
En 2018, y tal como menciona el grupo, se ha enfrentado a retos en el ámbito de su negocio principal de fragancias selectivas, en el que Valentino y Puig decidieron mutuamente finalizar su acuerdo de licencia. "Esto nos ha hecho reorientar nuestra estrategia, apoyando de forma más importante nuestras marcas propias, con las que vamos a ser mucho más ambiciosos. Queremos convertir 'Paco Rabanne' y 'Carolina Herrera' en marcas de más de 1.000 M€, reasignando recursos que anteriormente se destinaban a apoyar marcas licenciadas. "Tanto para Paco Rabanne como para Carolina Herrera hay planes de entrar nuevas categorías en un futuro próximo", concluye.
Asimismo, desde el grupo confirmar haber recuperado el "entusiasmo aquellas marcas propias como Jean Paul Gaultier, que alcanza récord histórico de ventas en su tercer año tras la integración de las fragancias en Puig". A su vez, mantiene el portafolio de las denominadas "marcas Lifestyle" (como 'Antonio Banderas'), "de distribución más amplia que nos permite capturar la oportunidad, especialmente en mercados emergentes, que ofrece la creciente incorporación de población a la clase media".
Por otro lado, Puig ha seguido apostando por el desarrollo del creciente segmento de marcas nicho, con ejemplos como la adquisición, en 2018, de una participación mayoritaria en Dries Van Noten, "que extenderemos a la categoría de fragancias con una distribución muy selectiva, de la misma forma que hacemos con la moda"; y L’Artisan Parfumeur, con presencia exclusivamente en París; y la adquisición mayoritaria de Eric Buterbaugh Los Angeles. Por último, en 2018 alcanzó un acuerdo con Christian Louboutin para desarrollar su negocio de belleza, lo que supone "la entrada en la categoría de cosmética de color".
