SANImarket Geriátricos: ¿Hasta que punto son conscientes las empresas del valor que aportan las certificaciones?
Jorge de Miguel: A pesar del incremento de la certificación en el sector, existe una buena parte del colectivo profesional sanitario que no ve en ella un valor añadido. Sin embargo, un enfoque correcto del sistema de gestión hacia los resultados y las interacciones entre unidades y servicios y las interacciones interprofesionales, avala la reducción de la variabilidad en el resultado de paciente derivado de carencias organizativas.
S.G.: ¿Qué evolución han experimentado en el último año?
J.M.: Curiosamente nuestros resultados de nuevos contratos se han visto incrementados en este año, y algunas CC.AA. han iniciado proyectos corporativos de mejora organizativa alineados con los objetivos de la certificación. No debemos olvidar que la reducción de costes asociada a la contención del gasto en crisis es un elemento de eficiencia que es considerado en las certificaciones.
S.G.: ¿A cuánto asciende la inversión necesaria para acometer la certificación?
J.M.: El coste no es elevado, máxime si se contrapone a los beneficios en eficiencia. Podemos hablar de en torno a los 6.000€ anuales para una residencia media de 100 plazas, o alrededor de 3.000 para centros de día con una oferta de 40 plazas, por poner un par de ejemplos. En servicios de teleasistencia o de atención domiciliaria, el coste es más variable, pero rara vez excede la cuantía de 2.500 €.
S.G.: ¿Cuáles son los principales motivos por los que un centro geriátrico o un hospital deciden finalmente no realizar la certificación?
J.M.: La falsa creencia del exceso de burocracia. Si se ha elegido un mal compañero de viaje para la asesoría o certificación y sólo se percibe que el sistema es papel y burocracia, el sistema no está bien planteado. A estos centros les recomendaría una segunda oportunidad, eligiendo esta vez un compañero de viaje adecuado.
S.G.: ¿Cuáles son los pasos que tienen que tomar los geriátricos y hospitales a la hora de conseguir una certificación?
J.M.: Pensar y definir bien los atributos que dan lugar a un paciente satisfecho: ofrecer una cartera de servicios que sustente las necesidades de dependencia a la par que mantiene la autonomía del paciente sin sobreprotección. Todo ello en condiciones seguras y garantizando información puntual a pacientes y familiares. Después, organizarse para satisfacer estos objetivos.
S.G.:¿Cuáles son las principales ventajas que obtiene un centro geriátrico o un hospital al certificarse? ¿Las conocen realmente los empresarios?
J.M.: Lo ideal sería que se reconociera. El principal aprecio surge de la propia dirección del centro. Recordemos que organizarse bien es un factor apreciado dentro del centro, pero no se percibe como valor añadido por el paciente. Sin embargo, organizarse mal sí que se percibe como valor negativo por el paciente. Aquí está el quiz de la cuestión, el beneficio principal para la empresa.