Una semana después de de que la Gerencia Regional de Salud de Castilla y León (Sacyl) anunciara su intención de finalizar el convenio de vinculación del Hospital San Juan de Dios de Burgos con el sistema sanitario público, la Orden Hospitalaria San Juan de Dios ha mostrado en una rueda de prensa su "sorpresa" ante esta decisión y su disconformidad "con las explicaciones que se han dado para la ruptura del acuerdo", en palabras de Francisco Muñoz Zamora, director general de centros de la Orden. Además, ha remarcado que se trata de "una entidad seria y responsable, con la misión de atender a enfermos y necesitados", no lucrativa y "respetuosa con la legislación".
Muñoz ha explicado que los datos que maneja la orden respecto a la satisfacción de los pacientes daban una puntuación en cuanto a hospitalización de 8,22 (sobre 10) en 2019 y de 8,20 en 2020, mientras que en el área quirúrgica ha sido de 9 y 9,5, respectivamente. Asimismo, el número de reclamaciones ha sido de 20 en 2019 y de 12 el pasado año. En cambio, los agradecimientos alcanzaron los 166 en 2019 y los 85 en 2020.
Ante los datos presentados por el gerente del Sacyl, Manuel Mitadiel, el pasado jueves, respecto a que el convenio establecía el uso de un máximo de 80 camas del centro, ha negado rotundamente que esa exigencia aparezca en el contrato. También ha subrayado que la reducción a 45 camas durante 2020 es una afirmación "tendenciosa y sesgada", porque solo se produjo en los meses de agosto y septiembre debido a las vacaciones de los trabajadores. Concretamente, la cifra exacta ha sido de 81 camas concertadas en 2019 y de 68 en 2020 (la capacidad total del centro es de 156 camas). Por todo ello, ha querido dejar claro que la Orden dispone de "recursos suficientes para la actividad conveniada", que no se han reducido con respecto a las cifras establecidas con la firma del contrato en 2018.
No obstante, Muñoz ha recordado que el pasado diciembre el Sacyl y la Orden alcanzaron un compromiso para prorrogar el convenio (que finalizaba el 31 de diciembre) y negociar uno nuevo en el primer trimestre de 2021, tras comunicar la entidad la necesidad de incrementar la financiación incluida en el convenio (de 5,3 M€) en 1 M. El pasado 25 de marzo, la orden envío su nueva propuesta, de 8,6 M anuales para poder cumplir los requisitos adicionales establecidos por el Sacyl, como reforzar la cirugía de cataratas, implantar una unidad del dolor, la realización de pruebas diagnósticas como endoscopias digestivas y la puesta en marcha de consultas dermatológicas, pero la única respuesta que recibió fue el anuncio de la probable ruptura del contrato. Por ello, advierte que "si no se dan las condiciones no se va a seguir" ante el déficit económico que supondría para la Orden. De la misma forma, en el caso de que finalmente se rescinda el convenio, "la posibilidad de que el hospital continúe abierto es mínima".
Por su parte, Juan Francisco Seco, director gerente del Hospital San Juan de Dios Burgos, ha negado que el centro haya dejado de atender a pacientes o que estos hayan rechazado ser intervenidos en este hospital. Como muestra de ello, ha detallado que de los 1.186 pacientes derivados en 2019 y los 982 en 2020, en ambos casos el 98% se operaron en sus instalaciones. A su vez, en lo que llevamos de 2021, destaca que va a "buen ritmo" (206 ingresos hasta el 15 de abril), pese a la paralización de la actividad quirúrgica con motivo del reciente brote de Covid-19 que vivió el centro. Precisamente, sobre este último, ha hecho hincapié en que "la existencia de brotes en hospitales ha sido un denominador común debido al alto nivel de transmisión de esta enfermedad y pese a seguir todos los protocolos", pero ha calificado de "absolutamente falso" que el centro haya ocultado información al respecto. Además, ha criticado que cuando se detectaron los primeros casos se les impidió trasladar a los positivos a otros hospitales pese a carecer de unidad de Covid-19, lo que motivó que en los 20 días posteriores el centro quedara "bloqueado". Ha añadido que el Hospital San Juan de Dios Burgos está destinado a cuidados geriátricos, paliativos y de media o larga estancia, pero no está preparado para la asistencia a pacientes con coronavirus ni el convenio hacía referencia a la atención en caso de pandemia.
Seco ha indicado que el acuerdo establecía que las altas para los dos años de duración del convenio eran 950, una cifra que ha sido de 888 en 2019 (93,5%) y de 902 (94,9%) en 2020, lo que en su opinión "no supone un incumplimiento del convenio". Al mismo tiempo, las estancias, que debían ser 21.800, se han superado en 2019 (con 22.762) y se han cubierto prácticamente en 2020 (20.292). En definitiva, estima que se ha acreditado que el contrato "ha sido cumplido en su totalidad".
Por último, Seco ha insistido en que el equipo que gestiona este centro es el mismo que el del Hospital San Juan de Dios en León, con el que comparten "la misma metodología de trabajo" y en ese caso el Sacyl sigue manteniendo un convenio similar. En este aspecto, la Orden ha manifestado que la administración autonómica tiene una deuda conjunta de 10,7 M con sus hospitales de Burgos y León, tras ingresar justamente ayer 21 de abril un montante de 5,3 M correspondientes a la liquidación del último semestre de 2020 (hasta ese momento la deuda alcanzaba los 16 M), por lo que ahora deberá sufragar el importe los anticipos del ejercicio 2021 y la actividad fuera de convenio debido a las necesidades extraordinarias debido a la pandemia.