Alimarket Sanidad y Dependencia: ¿Cómo valoraría la red actual de servicios de daño cerebral en nuestro país?
Alberto Giménez: La red de servicios de atención al ictus, que supone cerca del 80% de los casos de daño cerebral adquirido, podemos calificarla con un notable alto, cuando hablamos de las fases agudas. La rapidez del traslado a un hospital, así como las intervenciones urgentes, no solo salvan vidas, sino que reducen la gravedad de las secuelas posteriores. No sucede los mismo en las fases postagudas de rehabilitación, donde los medios son escasos, así como en las fases de seguimiento de la fase crónica para evitar reagudizaciones.
A.S.D.: Uno de los principales problemas para el acceso de los usuarios a los servicios es el coste de los tratamientos. ¿Existe algún tipo de colaboración público privada?
A.G.: La colaboración público privada es escasa y necesita desarrollarse para atender a los pacientes que, estando bajo el régimen de Seguridad Social, no pueden ser atendidos por el sistema público por falta de recursos. En cuanto al sector privado, es necesario que las compañías de seguros cubran estos tratamientos, incluyéndolos en sus pólizas de cobertura. Hoy día en la mayoría de ellas no están cubiertos.
A.S.D.: En la actualidad, ¿de qué recursos dispone Grupo Casaverde para dar servicio a usuarios con daño cerebral? ¿Tiene el grupo algún plan de crecimiento?
A.G.: El Grupo Casaverde tiene tres hospitales monográficos de rehabilitación y cinco clínicas de rehabilitación ambulatoria. Nuestro objetivo a medio plazo es poner en marcha dos hospitales más y cuatro clínicas ambulatorias.
A.S.D.: ¿Qué destacaría del modelo de atención de Casaverde?
A.G.: En el Grupo Casaverde hemos entendido e integrado, como parte del tratamiento, que más allá de la enfermedad está el enfermo. Ello exige instalaciones pensadas para ellos y su motivación, junto con un tratamiento personalizado, atendiendo las circunstancias personales de cada uno. A partir de ahí, intervienen los mejores profesionales con sus conocimientos y técnicas innovadoras junto a las tecnologías de vanguardia.
A.S.D.: ¿Qué papel tiene la tecnología en los tratamientos?
A.G.: Un papel de gran importancia. No solo permite mejorar los tratamientos y su efectividad, sino medir de manera más precisa y pormenorizada los avances que se vayan produciendo, para orientar los tratamientos. Los avances en realidad virtual y robótica anuncian un horizonte muy alentador. Por otra parte, el desarrollo de dispositivos que permiten el registro de la actividad cerebral, asociados al funcionamiento motor, permiten valorar sobre la marcha los cambios producidos por el tratamiento.