El Consejo de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Melilla aprobaba el pasado 21 de marzo la licencia de obra mayor correspondiente al cuarto proyecto modificado del nuevo hospital universitario. Así lo anunciaba el vicepresidente primero del Ejecutivo local, Miguel Marín, quien señalaba que, con esta medida, se retomaba un proyecto “bloqueado durante más de un año y medio”, debido, según recalcó en prensa local, a la inacción de la Delegación del Gobierno y del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (Ingesa), ente público encargado de la gestión de las infraestructuras y actividades sanitarias en las Ciudades Autónomas de Ceuta y Melilla, una vez transferidas todas las competencias en materia de sanidad a las Comunidades Autónomas.

La licencia autorizada en marzo incluye dos fases del proyecto constructivo. La fase A comprende la urbanización exterior y plantas sótano, baja, primera y segunda. La fase B afecta al resto de plantas (tercera, cuarta, quinta y sexta) del complejo hospitalario. Miguel Marín comentó en prensa local que es ahora Ingesa la que debe ejecutar los trámites pendientes de ocupación para que el hospital se ponga en marcha lo antes posible. Hay que recordar que este proyecto de centro hospitalario lleva una demora de más de año y medio. El Ejecutivo local defiende desde hace meses la posibilidad de abrir el hospital por fases, como medida intermedia hasta que se completen todas las obras, y presiona para que se ejecute la fase A, que comprende la urbanización, los accesos, los aparcamientos (situados en la planta sótano), y las dos primeras plantas donde se podrían ubicar servicios asistenciales esenciales.

Ingesa ya gestiona un hospital en Melilla (172 camas) y otro en Ceuta, dotado con 229 camas. El proyecto del nuevo hospital universitario de Melilla, que contará con 286 camas, se iniciaba en 2017 con la demolición de las antiguas instalaciones del hospital militar, como paso previo para la construcción del nuevo centro hospitalario.