El capital riesgo centra de nuevo su atención en el sector hospitalario, buscando quizá un arma defensiva con la que capear el temporal y obtener rentabilidad a medio plazo. Así lo demuestran, al menos, el millonario traspaso de Capio Sanidad desde Opica a CVC, la entrada de Cartera Industrial Rea y Hospiten en el oncológico MD Anderson y la venta del 80% del grupo hospitalario Adeslas a la inversora Goodgrower, todas ellas operaciones cerradas durante los últimos meses. A ellos podría unirse la sociedad de capital riesgo Atitlán, vinculada a la familia propietaria de Mercadona, si finalmente prospera su oferta para hacerse con el 51% que controla la aseguradora VidaCaixa Adeslas en la UTE gestora del hospital público de Alzira (Valencia). Atitlán llevaría además unos meses negociando para entrar en la ampliación de capital que preparan las entidades bancarias valencianas Bancaja y Caja de Ahorros del Mediterráneo, accionistas al 50% de Ribera Salud. La idea de la inversora sería llegar a controlar un 30% del capital de la gestora hospitalaria Ribera Salud, líder nacional y pionera en nuestro país en la administración de nuevos modelos de colaboración público-privada.
También, Mercapital, un viejo conocido del sector sanitario (ha estado presente en algún momento en el capital de los principales grupos hospitalarios del país: USP, Hospiten y Quirón) reforzó en 2011 su participación en Grupo Diagnóstico Recoletas, tras tomar un 21,1% adicional en su capital y elevar su control hasta el 97,1% (resto en manos del equipo directivo). Tras esta operación, la división diagnóstica se ha renombrado como 'Q Diagnóstica', desvinculándose accionarialmente del grupo hospitalario Recoletas.
Por otra parte, los dos bancos accionistas mayoritarios de USP (Royal Scotland Bank y Barcalys Bank, que reúnen el 75% del grupo desde 2009) han iniciado ya un proceso de valoración para intentar desprenderse de su participación.
Todo esto en un sector, en donde los quince primeros operadores absorben ya el 66,25% de los ingresos totales y el 53% de las camas, sobre una muestra de 123 gestores hospitalarios privados (4.336 M€ y 238 centros). El resto de las camas e ingresos se diluye en una retahíla de gestores de clínicas, con una media de 1,1 centros y un nivel de camas que en pocos casos supera las 200 unidades.