Un tercio de los españoles
Demográficamente, el estudio del Magrama afirma que el porcentaje de consumidores que adquiere o ha adquirido alimentos ecológicos con su etiqueta identificativa aumentó ligeramente en 2014, y representa ya cerca de un tercio de la población. De acuerdo con este análisis, se confirman y consolidan cuatro diferentes tipologías de consumidores, según sus actitudes: los llamados “desimplicados”, que consumen por moda, más jóvenes que el resto, y cuyo peso desciende respecto a 2011; los ecologistas, preocupados por la conservación del medio ambiente en sus gestos cotidianos y que crecen respecto al estudio anterior, mostrando un incremento en la incorporación de varones; los convencidos, con la posición más militante y que reivindican una alimentación natural y hábitos de vida respetuosos con el medio ambiente, con mayor peso de mujeres, larga trayectoria de consumo y con un ligero descenso respecto a 2011; y, por último, los preocupados por la salud, con decisiones de compra basadas en su bienestar, que muestran un ligero descenso, y donde aumenta el número de hombres. La media de edad de este tipo de consumidores crece hasta los 44 años, con un menor predominio de las mujeres.
Por características socioeconómicas, sí se aprecia una “mayor democratización” o apertura hacia estatus “menores”. Así, frente a estudios precedentes, ahora entre los consumidores de productos ecológicos se manifiesta un nivel de formación y de actividad similar al del conjunto de la población, predominando los hogares con hijos. Los datos muestran también cómo se ha producido una extensión y mayor homogenización en la distribución geográfica del consumidor ecológico, pues si bien en 2011 eran más frecuentes en la zona noreste del país, actualmente se reparten por todo el territorio español. En cuanto a la frecuencia de consumo, ha aumentado de media hasta más de dos veces por semana y además el 25% los toma a diario o casi a diario. Iguamente, se incrementa también la media de años de consumo de estos productos por parte del consumidor ecológico, que pasan de los 6 años en 2011 a los 8 años actuales, lo que indica un afianzamiento creciente de la fidelidad de consumo en este segmento. Se trata, además, de un consumidor comprometido con la sostenibilidad y el medio ambiente y percibe el producto ecológico como un producto natural y de calidad superior. Se inician en el producto ecológico principalmente por la verdura (37%), la fruta (32%) y los lácteos (14%).