Con el azúcar en el punto de mira, las aguas mejoradas tienen potencial
En abril de 2018, se introdujo un gravamen en el sector de refrescos en Reino Unido, conocido popularmente como “el impuesto sobre el azúcar”, que se aplica a las bebidas muy azucaradas. Según el Gobierno británico, la introducción de este impuesto responde a la necesidad de instar a los fabricantes a reformular sus productos para reducir el problema de la obesidad en Reino Unido. El sector de bebidas energéticas ha reaccionado rápidamente, incrementando el lanzamiento de nuevos productos sin azúcar o con bajo contenido en azúcar en 2019, según Mintel Global New Products Database (GNPD).
En paralelo, las aguas mejoradas han surgido como una alternativa a las bebidas energéticas tradicionales. La funcionalidad es una de las principales tendencias actuales en el mercado de aguas envasadas: en los últimos años, el agua envasada ha pasado de ser un simple producto hidratante a convertirse en una fuente de electrolitos, vitaminas, cafeína y hasta de proteínas. El crecimiento de las aguas funcionales encaja perfectamente con la tendencia generalizada hacia la salud y el bienestar, y dado que el agua es una bebida sana de por sí, el agua funcional tiene muchas posibilidades de percibirse como un producto más saludable que otras bebidas. Las aguas funcionales entran, además, en la categoría transversal de las bebidas híbridas de moda. Por ejemplo, el agua con cafeína compite con las bebidas energéticas y los cafés listos para tomar.