La evolución reciente de los denominados mixers prémium no ha sido muy distinta a la experimentada por los destilados de valor añadido. El cerrojazo a la hostelería ha pasado factura también a los volúmenes de venta de las principales operadoras, que han apostado por soluciones que ayudasen a mitigar el efecto de la pandemia en sus balances. En cuanto a tendencias de consumo, la crisis sanitaria ofrecería a los operadores la oportunidad de migración a nuevos momentos de consumo que andaban buscando, toda vez el consumo de mixers estaba muy ligado al consumo nocturno. Limitado este tipo de ocio, el consumo diurno y el “tardeo” estarían llamados a cubrir, aunque sea solo en parte, esa franja del ocio erradicado por el momento.
En paralelo, cobran fuerza las referencias articuladas en torno al vector salud, esto es, reducidas en calorías (mixers ‘light’), orgánicas, elaboradas con ingredientes naturales, etc. Además, asistimos a un trasvase de la mixología y los ‘perfect serve’ al ámbito doméstico, con la didáctica de las marcas al servicio del consumidor; cócteles premezclados y variedades más exóticas para un consumidor ávido de novedades. Tras un 2020 sin apenas novedades en este ámbito, salvo algunas excepciones que comentaremos, el mercado de mixers prémium arranca el ejercicio con la incertidumbre propia del momento que vivimos.