El mercado de la distribución de base alimentaria se ha vuelto permeable a la experimentación, en su camino por atender los nuevos nichos, necesidades y demandas de un consumidor, que sólo responde a propuestas de valor individualizadas. Ante este desafío, los grandes operadores prefieren seguir reescribiendo las nuevas reglas comerciales del juego, trasladando la expansión a un plano secundario. Evoluciones moderadas (+0,6%) marcaron, pues, tendencia en la sala de venta de 2010, gracias a una nueva contracción del número de aperturas (-15%). De hecho, los cinco primeros se quedaron a más del 9% de igualar el desarrollo precedente, y, entre ellos, sólo Mercadona y Lidl ganaron cuota, frente a la tendencia negativa apuntada por Carrefour (-0,4 puntos) o Eroski (-0,6). Los híper (+0,9%) y los grandes supermercados (+3,2%) consiguieron amortiguar las caídas del resto de formatos.
En su primera comparecencia ante los medios de comunicación en febrero pasado, el recién estrenado presidente de Eroski, Agustín Markaide, destacaba la imposibilidad actual de categorizar al cliente en función de estigmas pasados, ya que sólo atiende a propuestas individualizadas. Ello dificulta sobremanera la puesta en marcha de estrategias innovadoras que puedan generar expectativas de negocio reales. “Hoy en día, en una misma cesta de la compra se incluyen productos de precio básico con otros de un alto valor añadido”, explicaba. Se nos plantea aquí la pregunta clave. En caso de recuperación económica cambiará de nuevo el comportamiento del cliente o, por contra, el precio seguirá marcando a futuro el ritmo en la evolución de los formatos. De momento, estamos asistiendo a la configuración de un nuevo ticket compra, más pequeño porque se ha intensificado la frecuencia de actos; y limitado, en su mayoría, a productos de reposición, donde la compra despensa ha empezado a recular. Ello es una consecuencia más del aún creciente nivel de paro, el aumento del IVA o la merma de la tasa de ahorro de las familias, lo cual dejó en 2010 la confianza de los consumidores por los suelos; no siendo las previsiones para 2011 mucho más optimistas.
Ante este panorama, cualquier ahorro de costes conseguido por las cadenas se traslada a la consecuente mejora de los precios. La expansión, ya sea vía orgánica o mediante adquisiciones, sigue viva aunque se contiene y modera a la espera de la llegada de nuevos tiempos. En base a este modus operandi, no es de extrañar, por tanto, que la distribución de base alimentaria volviera a marcar uno de los registros más bajos de nuestra historia reciente en lo que a aperturas se refiere. Los datos recogidos por Alimarket correspondientes a la pasada campaña sitúan el cómputo de inauguraciones en los 425 establecimientos y/o secciones de PGC (Productos de Gran Consumo) que generaron 331.866 m2, frente a los 535 inaugurados (-14,3%) en 2009. En la medida en que el grueso de los cierres sigue afectando a puntos de venta de menores dimensiones; en su conjunto, la evolución de la superficie a nivel nacional volvía arrojar un saldo positivo, aunque, eso sí, mucho más moderado que en el ejercicio precedente. Con fecha a 31 de diciembre de 2010 funcionaban, por tanto, en nuestro país 19.404 puntos de venta y/o secciones de PGC (Productos de Gran Consumo) que aglutinaban una superficie global de 11.827.649 m2. Este último dato arroja un crecimiento del 0,6% sobre los 11.753.781 m2 que integraban el censo justo un año antes, cuando, según los datos propios de Alimarket, fueron objeto de estudio 19.726 establecimientos. Se observa una reducción neta en la estructura comercial de 322 puntos de venta.
Pero antes de continuar con la evolución comercial del pasado año, debemos detener nuestro análisis, simplemente para comentar que la diferencia de cifras con respecto a ejercicios anteriores responde a una ampliación o cambio de universo de estudio en un intento por mejorar en cada una de las ediciones, reduciendo con ello los márgenes de error con respecto a la realidad española. Como ya es habitual, nuestro estudio se circunscribe a la redes comerciales organizadas en torno a cadenas verticales o asociaciones horizontales (centrales de compra), así como a establecimientos cuyo perfil comercial se categorizan bajo algunos de los formatos reconocidos y estandarizados por los actores sectoriales. Son puntos de venta en libreservicio con más de una caja de salida. Además, el campo analizado por Alimarket se ciñe a las secciones de productos de gran consumo (alimentación, droguería y perfumería familiar), con una representatividad de al menos el 80% en los establecimientos, quedándose, por tanto, fuera del ámbito de observación aquellas áreas del establecimiento dedicadas a artículos especializados, tales como equipamiento del hogar, bazar, repuestos de automóviles o juguetes, entre otros. Del mismo modo, y en la medida en que el descuento en su versión más hard cada vez cuenta con menor representación dentro del sector y sus palancas comerciales inundan ya los lineales de buena parte de las cadenas que conforman la muestra, se ha optado por no estudiarse de forma separada, sino categorizado en torno a cada uno de los tres segmentos. A saber, autoservicio, supermercado e hipermercado.