Aunque los indicadores del ecommerce de alimentación en España han mejorado aún queda mucho recorrido para alcanzar la cifra de penetración que existe en otros países europeos. Los principales frenos apuntan a la dificultad para cambiar los hábitos de compra, el buen tiempo generalizado de nuestro país y una excelente oferta física de proximidad que ha sabido equilibrar la relación calidad-precio-.