La crisis del coronavirus propició, en la última campaña, un ascenso de las compras de aceite de oliva del 9-12% por parte de los hogares españoles y un récord de exportaciones. De ese modo, se han mitigado la sobreoferta y los efectos del arancel en EE.UU., al que el sector ha respondido con inversiones allí y el aumento de las importaciones. Ahora, el acuerdo para el Brexit y la exención de gravamen en Reino Unido suponen también un alivio para las compañías aceiteras. El último ejercicio, el incremento de las exportaciones se apoyó en unos precios asequibles y estables, derivados de una cotización media en España de solo 1,96 €/kg, según Poolred. En el mercado nacional, el pvp de la línea quedó por debajo de 3 €/litro, se impulsó el consumo de virgen extra y las MDD perdieron tres puntos de cuota. Deoleo cambió radicalmente de escenario, por la importante quita de deuda lograda y el retorno a beneficios, situación que atrajo a su accionariado al grupo Acesur. Este se reafirmó como primer comercializador de oliva embotellado en el mercado interior, mientras Migasa entró en la actividad de Lorenzo Sandúa y Mercadona redujo su plantel de suministradores. A nivel general, el aumento de las producciones, la competencia y la necesidad de regular la oferta han motivado unas inversiones en plantas industriales, depósitos y almacenes por importe de 152 M, entre las actuaciones ejecutadas en 2019 y 2020 y las ahora previstas.