El sector cooperativo agroalimentario español ha incrementado sus ingresos en torno a un 45% en la última década y supera los 32.000 M€, cifra que representa en torno a un tercio de la facturación total del sector de alimentación y bebidas. De hecho, ha avanzado en la retención del valor añadido, internacionalización y adaptación a las nuevas demandas, apoyado en un relevante nivel de industrialización y la creación de filiales. Así, se ha incrementado el tamaño medio de las entidades, redimensión a la que ha contribuido también la integración de cooperativas. Ahora, el acelerón de este proceso se percibe como una necesidad para seguir dando pasos en la cadena de valor, aumentar volumen, retener sinergias y ganar competitividad. De momento, las entidades lácteas -encabezadas por CLAS, Covap, Kaiku/Iparlat y Clun -, Guissona, etc. destacan por su nivel de industrialización e inversión y los dos primeros grupos cooperativos multisectoriales, AN y Dcoop, sumaron un negocio de 2.493 M€ en 2020. En el ramo hortofrutícola, el de mayor peso en el cooperativismo, Unica Group y Anecoop están abanderando una senda de adhesiones y alianzas.