La estabilización de los precios de los productos lácteos ha supuesto un balón de oxígeno para la industria, que ha podido recuperar parte de los clientes perdidos a causa de la inflación. Pero no ha terminado con los problemas endémicos del sector, íntimamente ligados a la escasa rentabilidad de la leche de consumo. Sus fabricantes siguen a pie juntillas la receta clásica, apostando por la diversificación hacia otros productos del catálogo lechero, con los quesos como producto favorito, o incluso fuera del mismo. En yogures y postres destaca la apuesta de Danone por plantar cara a la MDD, mientras que en queso surgen nuevos proyectos.