Alargar la vida útil de frutas y verduras y mejorar su conservación, puede ser todo un reto y un pilar en el rol exportador de España como principal proveedor de productos hortofrutícolas en Europa. En los últimos años las soluciones postcosecha han evolucionado con tratamientos más innovadores, naturales y efectivos para luchar contra el podrido y frenar la rápida maduración, así como mejorar la seguridad, la calidad y el valor de los frutos. Para garantizar esta calidad y alargar la vida, la cadena de valor, desde la semilla hasta el punto de venta, ha ido desarrollando diferentes soluciones para preservarlos y optimizar la logística y el almacenamiento, reduciendo así el desperdicio y generando un retorno muy significativo de la inversión.