El Grupo Caladero, especializado en la comercialización de pescado fresco, ha alcanzado una facturación en 2018 de 200 M€, un 3,8% menos que el año anterior, y un beneficio neto de 3,4 M€, tras cerrar los dos ejercicios precedentes en números rojos (-0,53 M€ en 2017 y -1,04 en 2016). En términos de volumen, la firma ha comercializado 20.300 t, un 7% menos que en 2017.

Los resultados obtenidos en este periodo se apoyan, según indica Caladero, en la consolidación de su actividad "por medio de la especialización y la apuesta por los productos de alto valor añadido, sanos, fáciles y rápidos de preparar". Así, la compañía ha conseguido impulsar durante estos doce meses la venta de bandejas de pescado un 0,4%, hasta las 45 Mud.

Para ello, Caladero ha realizado un esfuerzo inversor de 8,3 M€ en este curso para reforzar la productividad y especialización tanto de los procesos como de las personas que componen la plantilla. Concretamente, la compañía ha acometido en 2018 el rediseño de sus líneas de producción, lo que ha reforzado la eficiencia interna en los procesos de pescados como, por ejemplo, salmón, dorada, lubina, sardina, bacalao, langostino y trucha; y ha dotado al conjunto de trabajadores de puestos de trabajo más cómodos y seguros. Asimismo, ha digitalizado y automatizado las instalaciones. De esta forma, indica la operadora, ha podido amortiguar el incremento de materias primas experimentado en 2018 y mejorar los resultados del ejercicio precedente.

En 2018, la compañía ha creado 66 puestos de trabajo, 159 durante los dos últimos años, lo que le ha permitido consolidar una plantilla de 589 personas, el 97% con contrato indefinido.