Por primera vez desde 2012 hay más consumidores que optan por reducir el consumo frente a quienes deciden mantenerlo en el nivel actual, mientras que el porcentaje de quienes prevén aumentarlo se torna absolutamente minoritario. Son datos del Informe Perspectivas del Consumidor de Kantar Insights correspondientes al segundo trimestre del año, que cifran en un 51% el porcentaje de consumidores que opta por recortar su consumo, frente al 46% que prevé mantenerlo igual.

En esta pérdida de confianza del consumidor inciden la sucesión de crisis, desde la guerra de Ucrania a la inflación, pasando por la pandemia aún no superada. Y afecta más a la percepción de la situación económica del país que a la valoración de la economía personal: 8 de cada 10 ocupados ve con seguridad su empleo en los próximos 6 meses y un tercio de la población cree que el nivel de desempleo actual se va a mantener, sin grandes cambios respecto al periodo anterior. La idea de que los ingresos familiares pueden descender comienza a crecer muy tímidamente en este periodo, posiblemente ligado a un deseo socialmente asumido de que el rebrote de la inflación sea sólo un episodio y no el comienzo de una crisis más seria o duradera.

De momento, los consumidores comienzan a adoptar estrategias de ahorro, como la elección de marcas de la distribución, que se convierte en la opción preferida por el 51% de los consumidores, unos niveles que no se veían desde hace 10 años.

Otras medidas pasan por un mayor control en el gasto de aquellos productos más afectados por la inflación. como alimentos, ropa, complementos o pequeño equipamiento del hogar. Solo 2 de las 25 categorías analizadas se mantienen en positivo (hay más gente que opina que es un buen momento que la que dice que es un mal momento para comprarlo): productos de droguería y formación, aunque esta última ha experimentado una notable caída respecto al periodo anterior.

La disminución en el gasto llega también a partidas de ocio como cine, espectáculos o largas vacaciones, mientras el consumidor se resiste a reducir sus momentos de ocio ligados a bares y restaurantes.