En la China del siglo XII ya se empleaban ceras para retrasar la deshidratación de las frutas cítricas. El consumidor actual, igual que el de entonces, reclama productos frescos apetitosos, seguros y lo más duraderos posibles, y en paralelo, la investigación poscosecha de la industria hortofrutrícola continúa proponiendo nuevas soluciones. Prueba de ello es la próxima presentación en España, en el marco de 'Biotech Attraction', del proyecto de Nat4Bio, la startup que plantea por primera vez el uso de metabolitos de origen microbiano para desarrollar recubrimientos comestibles naturales que reemplacen a las ceras y los fungicidas químicos.