El sector productor de conservas de pescado y marisco se mostró “resiliente” en el último ejercicio, tras dos años complicados y de ajuste. Según Roberto Alonso, secretario general de la patronal conservera Anfaco-Cecopesca, la producción del sector conservero creció un 0,3% en el último ejercicio, superando así las 306.350 t de, por valor de 1.880 M€, un 7,8% más, lo que supone una recuperación de los niveles de actividad tras la caída del 7,6% registrada en 2022, y que permiten avanzar crecimientos en 2024 y 2025.
“El ejercicio 2023 se ha caracterizado por la consolidación de la actividad del sector tras haber mejorado los datos prepandemia en un entorno complejo de contracción del consumo interno”, ha resumido Roberto Alonso, quien insiste en la internacionalización y la aportación de valor añadido como principales bazas del sector del mar en general y de la industria conservera en particular.
Por productos, los túnidos siguen siendo el motor del sector, representando el 73% del total de la categoría. Estas referencias elevaron un 4,4% su volumen producido, frente a la caída acusada de los mariscos, como resultado de una “revisión de la cesta de la compra”, que prioriza referencias básicas. Esto, acompañado por los problemas de disponibilidad de materia prima, ha provocado una bajada generalizada de la producción en estas categorías. En cualquier caso, desde Anfaco se pone el acento en que este descenso se ha moderado respecto al curso anterior y, en el caso de los mejillones, fue de tan solo un 3,6%.
La exportación sostiene al sector del mar
Estos datos preliminares mejoran las estimaciones realizadas desde la propia organización hace apenas unos meses, incluidas en el Informe 2024 del sector de conservas y semiconservas de pescado, donde se apuntaba a una caída en la producción del 5% respecto al curso anterior. Esto se debe principalmente a la recuperación de las exportaciones de conservas, que cerraron el ejercicio con un incremento del 1,4% en volumen y del 10,8% en valor, datos que revierten la caída experimentada en 2022 y que terminó por lastrar los datos globales del sector.
Pese a que los datos son positivos en materia de comercio exterior, desde Anfaco se han querido poner de relieve los principales retos del sector en este ámbito, puesto que la balanza comercial se mantiene en negativo. Así, la diversificación de mercados y continuar con la generación de valor se encuentra en la agenda de un sector que sigue mostrando que es “competitivo a nivel internacional”, ha destacado Alonso.
Respecto al primer punto, si bien el sector conservero ya trabaja con más de 130 mercados, la industria del mar en general sigue teniendo una gran dependencia de Europa, destino del 66% del volumen comercializado (porcentaje que se eleva al 85% en el caso de las conservas de atún), con Francia, Italia y Portugal como principales mercados, por lo que mercados como EEUU, Sudamérica, Norte de África u Oriente Medio se sitúan ahora en el punto de mira. En este contexto, se insiste en la necesidad de incrementar la promoción de los productos del mar de origen España fuera de nuestras fronteras y en revisar los acuerdos comerciales para asegurar que no hay una competencia desleal de terceros país.
“España ha dejado de comer pescado”
El principal problema para la industria en el último ejercicio ha venido principalmente del comportamiento del mercado interno, donde se registró una caída en términos generales del 4% en volumen, lo que supone un descenso del 16,6% respecto a datos prepandemia. “España está dejando de comer pescado, principalmente pescado fresco pero también transformado y eso es un problema de salud de futuro”, ha concluido Roberto Alonso. En el caso de las conservas, el descenso en el acumulado hasta noviembre habla de una caída del 2,4% en volumen, con lo que el consumo per capita se ha reducido un 2,7%. En valor, por contra, el aumento de precios se tradujo en un crecimiento del 7,7% en valor. Desglosando por productos, los de mayor valor (berberechos, anchoas, etc.) son los que han registrado un peor comportamiento, mientras que los túnidos lograron sostener sus ventas, consolidándose como la principal categoría del sector.
En este punto, es preciso terminar con la competencia desleal que llega desde otras categorías porque “parte de la pérdida de consumo registrado viene de una pérdida de la rutina de consumo de pescado y su sustitución por otros productos”, para lo que se sigue poniendo el foco en la reducción del IVA a los productos del mar o refuerzo de la promoción y la educación también en materia de alimentación.
Todas estas cuestiones se analizan también en profundidad en el Informe 2024 del sector de conservas y semiconservas de pescado y marisco publicado el pasado mes de febrero, en el que, además, se incluyen datos de ventas y producción de las principales empresas conserveras en España, así como tendencias del mercado, principales innovaciones e inversiones, claves también en la dotación de valor de la industria y en el fomento de su competitividad.
