Es sábado por la tarde y Esther, que acaba de celebrar su 35 cumpleaños, está tumbada en el sofá viendo su serie favorita, mientras su hijo pequeño duerme. Por la noche tiene invitados en casa. Podría bajar al supermercado más próximo pero está sola en casa y además le han entrado unas ganas terribles de comer un helado... Entonces abre la app de Glovo.