El foodtech ha cumplido sus promesas tecnológicas, pero aún no ha sido capaz de generalizar la necesaria escalabilidad para que sus propuestas generen ventas y ebitda positivo en un contexto altamente competitivo como es el de la alimentación. Frente a esta dinámica, los fondos de inversión han optado por discriminar sus inversiones a aquellos proyectos que cumplan con las citadas consignas de escalabilidad y ebitda. "No se paga la fiesta si la fiesta no es rentable", explica de manera muy gráfica Pedro de Álava, Fund Manager del fondo vertical foodtech Tech Transfer Agrifood, gestionado por Clave Capital, que afronta este ejercicio 2025 con el objetivo prioritario de poner en valor su cartera de participadas, "porque tenemos que conseguir meter esa tecnología en productos que valen 1, 2 o 5 €". En paralelo, el fondo tiene que cerrar sus últimas inversiones, con algo más del 20% de su capital todavía pendiente de encontrar destino.