LetterOne (L1 Retail), accionista de referencia de DIA, con el 29% del capital, ha ganado la batalla en la liza que mantenía con el consejo de administración, gracias a que solo 2.358 accionistas, representantes del 54,3% del capital con algo más de 358 M de acciones, han acudido a la junta celebrada hoy, 20 de marzo. Según los estatutos de la compañía, se necesita la mayoría absoluta para sacar adelante las propuestas de ampliación del capital presentadas en la convocatoria. En concreto, una ampliación de 600 M, defendida por el consejo, y otra de 500 M, de la mano del grupo controlado por Mikhail Fridman.
Finalmente, tras una media hora de suspense, los accionistas han aprobado el punto 6.3 del orden del día, en el que LetterOne proponía la citada ampliación del capital por un monto de 500 M€, entre otros puntos. De hecho, su representante, Stephan Ducharme, en el turno de intervenciones, aseguraba que LetterOne ha presentado un "plan de rescate integral que aborda las necesidades a corto y medio plazo de DIA", mientras que el consejo "no ha acreditado suficientemente", que la opción presentada sea "una solución viable", para pedir a continuación el apoyo a su propuesta. No obstante, la aprobación de su ampliación de 500 M está condicionada a que salga adelante la OPA, que aún necesita el visto bueno de la CNMV, pero que ya ha sido admitida a trámite y a alcanzar un acuerdo con los bancos acreedores. "La OPA proporciona a los accionistas una prima del 56% sobre el precio de cierre del 4 de febrero. Está sujeta a dos condiciones que sea aceptada al menos por el 35,5% del capital y que no se amplíe capital antes de su finalización", ha explicado Ducharme.
En este sentido, la ampliación de capital es imprescindible para restablecer el equilibrio patrimonial de la empresa y cabe la posibilidad de que DIA se vea abocada a presentar concurso, si esto no se realiza en el plazo necesario de unos dos meses desde ahora. En este sentido, fuentes de la compañía han asegurado a Alimarket que "no se presentará concurso" y que la intención es llegar a un acuerdo con LetterOne para que adelante el montante necesario para restaurar el patrimonio neto negativo de 166 M con el que el grupo cerró el ejercicio.
La junta se ha celebrado con el sonido de fondo de las protestas de los trabajadores afectados por el ERE que actualmente negocia la compañía y que supondrá el cierre de unas 600 tiendas propias hasta 2023 (un 50% este año), además de afectar a la logística y los servicios centrales, por el cual se verán afectados en torno a 1.500 trabajadores -tras reducirse la cifra inicial un 26%-. Una medida dolorosa, pero ineludible, han puntualizado desde DIA. Tanto el vicepresidente primero, Richard Golding (actualmente presidente en funciones), como el consejero delegado, Borja de la Cierva, han defendido el potencial de la compañía y sus ventajas competitivas de cercanía, capilaridad, marca propia, red de franquicias y programa de fidelización. No obstante, De la Cierva ha hecho un ejercicio de crítica al reconocer que se han quedado atrás frente a sus competidores y no han sabido adaptarse a las nuevas necesidades de los consumidores. Entre los motivos de la caída de sus ventas el último año, el CEO ha citado la falta de adecuación de sus tiendas y las deficiencias de su cadena de suministro.
Asimismo, De la Cierva ha defendido y detallado el plan diseñado por el consejo para transformar la compañía, que se resume en la siguiente máxima "queremos ser la tienda más cercana para el día a día de nuestros clientes, con una oferta de calidad y onmicanal". Para ello, DIA tiene previsto realizar numerosos cambios, como la mejora de la cadena de suministro. De la Cierva ha asegurado que ya se han implantado mejoras en la misma con buenos resultados. Además, ha explicado que la cadena apostará por productos frescos, "queremos un surtido seleccionado en origen, con variedades regionales y mejor calidad", y por la marca propia, aunque "nuestros clientes siempre podrán elegir entre un rango amplio de primeras marcas". Asimismo, el CEO también ha declarado que la compañía ha comenzado a reducir y racionalizar el número de referencias, liberando, de este modo, espacio para aquellos artículos "preferidos" por el consumidor. También ha adelantando que ya están desarrollando este nuevo formato y que tienen intención de extenderlo a toda la red en los próximos ejercicios.
Tras la conclusión de la junta, LetterOne ha emitido un comunicado asegurando que "se compromete a trabajar con rapidez para que el folleto de su OPA sea autorizado por la CNMV". Además, ha explicado que "seguirá colaborando con el consejo de administración de DIA y con todos los stakeholders para garantizar el éxito de su OPA y la viabilidad a largo plazo de la compañía". Añade que si bien su oferta "no está condicionada a que se llegue a un acuerdo con los acreedores de la compañía, L1 Retail continuará participando de manera equilibrada y justa en la búsqueda de un acuerdo sobre una estructura de capital viable a largo plazo para la compañía".
Asimismo, Stephan Ducharme anima a los accionistas a acudir a la OPA y les plantea dos opciones: "aceptar la OPA de L1 Retail y vender sus acciones a un precio con prima de 0,67 € por acción o conservar sus acciones y aceptar el riesgo de un futuro incierto para el negocio".
Por su parte, el consejo también ha comunicado que "se encuentra a disposición de las partes y continuará trabajando con LetterOne, las entidades financieras y sus asesores para, con la máxima celeridad posible a la luz de los exigentes plazos a los que se enfrenta, cumplimentar aquellos de los requisitos que competan o estén bajo el control de la sociedad". Además, se compromete a trabajar "para que la compañía continúe atendiendo a sus obligaciones".
Junto a Stephan Ducharme han intervenido otros cuatro accionistas minoritarios, algunos con duras críticas a la gestión del consejo, pero también con una fuerte desconfianza hacia Fridman. Una de las cuestiones planteadas ha sido sobre las posibles responsabilidades legales de Ricardo Curras (exCEO de DIA) y Ana María Llopis (expresidenta). La respuesta desde la compañía es que han realizado una investigación forense, que comenzó el 15 de octubre y ha durado cuatro meses, en la que se han analizado bases de datos, correos electrónicos, se ha interrogado a 30 personas, entre otras medidas. Como resultado, se han llevado a cabo despidos, entre ellos los de los máximos responsables de las áreas comercial y financiera, pero "no se ha encontrado ningún indicio o evidencia de que el consejo fuera conocedor de los hechos". Asimismo, se ha cuestionado si ha habido fondos vinculados a Fridman para rebajar el precio de lala acción y comprar "a precio de saldo una compañía que tiene mucho porvenir". Ante lo que desde DIA le han explicado que no hay ninguna evidencia de que Fridman esté relacionado con la caída de la acción. Por último, otro de los intervinientes se ha mostrado partidario de instar al concurso voluntario de acreedores, tras calificar a Fridman de "espabilado" y acusar al consejo de ser el culpable de las pérdidas de la compañía y tener "la poca verguenza" de pedir que les voten.