Los últimos años no han sido fáciles para este fabricante de postres y yogures prémium, que en 2017 tuvo que empezar prácticamente de cero, tras la ruptura con la empresa a la que había cedido en alquiler su unidad productiva. En 2019 duplicó sus ventas y las previsiones para 2020 son excepcionales, si bien se podrían ver mermadas por la crisis del coronavirus y su repercusión en hostelería.
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