Aliviado, así es como se ha mostrado el sector hortofrutícola ante el acuerdo alcanzado “in extremis” entre el gobierno británico y la Comisión Europea para su primer año de andadura en solitario. La nueva relación comercial que se ha iniciado desde el 1 de enero trae luces y sombras, y el sector tendrá que adaptarse a los nuevos procedimientos.
Gracias al acuerdo firmado, se evita que la exportación española de frutas y hortalizas frescas sea gravada con 198 M€ en derechos arancelarios, apuntan desde la Federación Española de Asociaciones de Productores Exportadores de Frutas y Hortalizas (Fepex). Sin acuerdo, esas exportaciones se hubieran visto gravadas con los derechos arancelarios establecidos en la Organización Mundial de Comercio (OMC), cuya cuantía varía por producto y periodo: un 16% en el caso del melocotón, un 14% en tomate, un 10% en lechuga o fresa, representando una media del 11,5%, según Fepex.
El mercado británico es de gran importancia para nuestro país, ya que representa el tercer destino por volumen y valor, después de Alemania y Francia. Según estimaciones de Fepex, en 2020 se espera unas exportaciones con un valor de 1.950 M€, lo que supondría un incremento del 8% respecto al dato registrado en 2019. Precisamente el año pasado, la exportación a Reino Unido ascendió a 1,5 Mt y 1.780 M€, y representó el 15% del total vendido al exterior por España. Principalmente le comercializamos coles, durante todo el año, con una facturación cercana a los 150 M€, pimiento (125,6 M), tomate (117 M) y lechuga (116 M). En frutas destaca la mandarina (154 M€), la frambuesa (125 M), la uva (102 M) y la fresa (96 M).
Pese al acuerdo, se abre un nuevo escenario competitivo, ya que se prevé un aumento de la competencia de terceros países, dado que Reino Unido ya ha firmado otros acuerdos comerciales con un amplio grupo de países proveedores. Ante esta situación, Fepex reclama “medidas para mejorar la competitividad del sector, que es el gran reto al que se enfrenta, dada la diferencia de costes con relación a los países terceros y de rendimientos respecto a los países comunitarios”.
Por otro lado, hay que destacar que la salida de Reino Unido de la Unión Europea, después de un año de transición, implica que pasa a ser un país tercero, lo que representa un cambio fundamental en el modelo de relaciones con él. Así la exportación se ve sometida a nuevas obligaciones documentales y controles, que en el sector de frutas y hortalizas son la declaración de aduanas, el certificado de conformidad con las normas de comercialización y el certificado fitosanitario. Desde Primaflor hablan de atasco burocrático y físico en las aduanas durante los primeros meses. Esto supondrá sumar dos días más al tránsito habitual, estimado en unos tres días, debido a la insuficiencia de medios de inspección y la rigidez de los horarios de los mismos, tanto en origen, como en destino, “algo muy crítico para nuestros productos perecederos”, comenta Jordi Estrada, director comercial de Primaflor. “El resultado de todo ello será la pérdida de competitividad, y en consecuencia de cuota de mercado, de las producciones europeas frente a países que tienen acuerdo preferencial con UK como Turquía, Marruecos o Egipto”, explica Miguel Abril, director comercial de Anecoop. Y es que durante los últimos años el gobierno británico ha firmado 18 acuerdos de continuidad comercial con más de 50 países para la importación de frutas y hortalizas.